La Diada catalana se celebrará mañana en un escenario de mayor fragmentación que en años anteriores, lo que se traduce en una disminución del 24 por ciento de los inscritos para participar en la fiesta del nacionalismo. La Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural registraron hasta ayer 342.000 inscritos, casi una cuarta parte menos que los 450.000 que se apuntaron el año pasado. Ambas entidades confían, sin embargo, en que se llenarán las concentraciones al acudir personas no inscritas previamente.

Como muestra de las diferentes sensibilidad que aflorarán en la jornada, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, invitó ayer a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, líder en ascenso en un sector del nacionalismo, a decidir si "rechaza una república catalana y acepta una comunidad autónoma de la monarquía". Colau sostiene que para "desbloquear" la situación actual en Cataluña es necesario "regresar al 80 por ciento" de ciudadanos "favorables al derecho a decidir". Para Puigdemont éso es "erróneo" y "tramposo", una posición de la que los grupos que sustentan su Gobierno se distancia con la apuesta abierta por un estado independiente "cuando se nos ha dicho que no" al referéndum.