El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, dio ayer un paso importante hacia el apoyo a la investidura de Mariano Rajoy, con quien se entrevistará esta mañana por segunda vez en una semana. Rivera convocó por sorpresa una comparecencia en la que enunció las seis condiciones que, por acuerdo de la Ejecutiva naranja, el PP debería aceptar como paso previo a que C's abra negociaciones sobre el respaldo a un Gobierno en minoría de Rajoy. En caso contrario, advirtió Rivera, Ciudadanos se mantendrá en las posiciones ya anunciadas: rechazo en la primera votación y abstención en la segunda ronda.

Las condiciones, transmitidas a Rajoy antes de la comparecencia, se inscriben en la lucha contra la corrupción y el combate por la regeneración democrática. Son las siguientes, en el orden en el que las desgranó Rivera, que las hizo preceder de una exigencia a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, para que fije "fecha y hora" para la investidura de Rajoy.

1) Separación inmediata de cualquier cargo público imputado (investigado) por corrupción.

2) Eliminación de los aforamientos, para suprimir el "privilegio" de los políticos de no acudir a los juzgados de primera instancia. El aforamiento está incluido en la Constitución.

3) Nueva ley electoral que incluya listas desbloqueadas, garantice "una mayor proporcionalidad" y acabe con el laberinto del voto rogado, el sufragio de los españoles desplazados.

4) Poner fin a los indultos a los condenados por corrupción.

5) Limitación de los mandatos a dos legislaturas.

6) Creación de una comisión parlamentaria de investigación sobre el capítulo de la financiación ilegal del PP conocido como "caso Bárcenas".

Rivera tuvo todo el cuidado en evitar cualquier alusión explícita a un apoyo a Rajoy. Se acantonó en expresiones como "abrir una negociación" y solo dejó claro de modo implícito el contenido de ese diálogo cuando afirmó que si el PP no admite sus condiciones sine qua non, Ciudadanos se mantendrá en sus posiciones.

Además, Rivera se preocupó de insistir en que el apoyo a Rajoy no es el "plan A" de Ciudadanos sino un "plan B" para sacar a España del "bloqueo institucional" que vive, dijo, desde hace 274 días. En el turno de preguntas explicó que, más que levantar su veto a Rajoy -que de hecho quedó anulado con la reunión de la pasada semana entre ambos líderes-, su actitud responde al hecho de que es el presidente en funciones quien tiene el encargo de Felipe VI para formar Gobierno.

Rivera también precisó que la negociación no estará destinada a pactar un plan de medidas para el futuro Gobierno en minoría de Rajoy y descartó que entre en sus planes un Ejecutivo de coalición entre el PP y Ciudadanos.

En el turno de preguntas, el líder de C's dejó abierta la puerta a ampliar la negociación al PSOE, que no tardó mucho en declinar la invitación, insistiendo en que su postura será contraria a la investidura de Rajoy. El sí de Rivera, que permitiría al presidente en funciones presentarse ante el Congreso con 169 respaldos es la principal condición que, en sordina, ponen aquellos barones socialistas que se inclinan por permitir que gobierne el popular. En el caso de que Rajoy consiga finalmente el apoyo de Rivera, aún le faltarían siete votos para la mayoría absoluta. Las miradas convergen en PNV, CC y una abstención del PSOE.

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