Las reiteradas presiones ejercidas por el PP esta semana para que el PSOE cambie su rechazo a la investidura de Rajoy por una abstención han generado un alto nivel de irritación en la cúpula socialista. El malestar por el intento popular de hacerles responsables de unas eventuales terceras elecciones se ha visto reforzado por las declaraciones de históricas figuras socialistas -la última, el expresidente Zapatero el jueves- llamando a la abstención o a abrir un debate interno sobre ella.

La escenificación del malestar fue protagonizada ayer por el portavoz parlamentario socialista, Antonio Hernando, quien no dudó en recordar que el PP es "un partido procesado por corrupción y financiación ilegal" -lo está como persona jurídica por la destrucción de los ordenadores de Bárcenas- y auguró que los 85 diputados socialistas "no indultarán a Rajoy con su voto o abstención".

La táctica exhibida por los populares estos días consiste en presionar a C's para que pase de la abstención al sí y, en paralelo, instar al PSOE a cambiar el no por la abstención, alegando que está en manos de los socialistas desbloquear la situación política.

Si el PP tiene "la ensoñación de quebrar a los dirigentes del PSOE, que pierda toda la esperanza", advirtió en Almería Hernando, quien añadió que "todos los socialistas" van a "seguir unidos en el no a Rajoy". La realidad, sin embargo, es más compleja, ya que en voz baja son varios los dirigentes socialistas que se plantean la posibilidad de dejar que gobierne Rajoy. El último en embocar ese camino fue ayer el presidente de Aragón y líder del PSOE en esa comunidad, Javier Lambán, quien se sumó a la propuesta de Zapatero y explicó en un tuit que él mismo lleva tiempo intentando abrir ese debate, "aun a costa de ser insultado por algunos 'compañeros'".

Al respecto, Hernando dejó abierta la puerta a un nuevo debate interno: "Si es necesario más debate porque alguien ha cambiado de opinión, habrá más debate", dijo el portavoz, quien, sin embargo, recordó que "en el último Comité Federal se estuvo debatiendo (la investidura) siete horas" y expresó su convencimiento de que "ningún dirigente del PSOE" va a cambiar de opinión, porque "ninguno de los ciudadanos que nos votó espera que el PSOE apoye o se abstenga con Rajoy".

Desde la umbría de las figuras históricas, el exvicesecretario general socialista Alfonso Guerra sostiene, en un artículo publicado ayer, que la única manera de salir del atasco institucional es una abstención generalizada en la investidura de Rajoy, que no significaría una "carta blanca", ya que su posición en la Cámara, añadió, le obligaría a acordar los proyectos "que quiera sacar adelante".

Guerra lamenta, sin embargo, que esta actitud de abstención generalizada no sea posible por el "encanallamiento" de la política española y por la labor de algunos "hooligans" de los medios. El exlíder socialista Alfredo Pérez Rubalcaba se negó, por su parte, a exponer su posición, alegando que sólo lo hará dentro del partido.