La sesión de investidura de Mariano Rajoy, en caso de llegar a producirse, se hará esperar, a juzgar por el resultado de la entrevista de 55 minutos que el desde hace más de siete meses presidente en funciones mantuvo ayer en el Congreso con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Casi una hora de diálogo que puede resumirse en que Rajoy amenazó con unas terceras elecciones si los socialistas no le permiten gobernar, mientras que Sánchez se quitó el mochuelo del hombro e instó a Rajoy, a quien calificó de "lento" ante los periodistas, a entenderse con "las derechas".

En su segunda reunión desde el 26-J -la primera tras recibir de Felipe VI el encargo de formar Gobierno-, Rajoy llevó de nuevo bajo el brazo su propuesta de gran coalición, insistió en la gravedad que a su entender conlleva un largo lapso sin Gobierno y resaltó la apremiante necesidad de formar un Ejecutivo, que, además, pueda gobernar una vez superado el trámite de la investidura. Un Ejecutivo que, a su entender, lo mismo puede ser de coalición que de minoría con pactos sectoriales.

Rajoy se ofreció a negociar con los socialistas una decena de grandes prioridades aunque no llegó a entregar a Sánchez ningún documento. Hubiera sido un gesto absurdo ante el roqueño no del que en ningún momento se apeó el líder socialista. Lo que sí aseguró ante los periodistas haber hecho -fuentes socialistas lo desmienten- fue ofrecer cuatro grupos de trabajo para negociar las reformas institucionales y la política económica, con el fin de cumplir los compromisos europeos y presentar a tiempo los Presupuestos de 2017. Grupos de trabajo para negociar sobre lo que sea: sobre la propuesta ya entregada al PSOE, sobre las 125 coincidencias detectadas con el pacto PSOE-C's de la "legislatura relámpago" o, incluso, sobre el documento que aprobó el Comité Federal del PSOE con ocho grandes campos de acción.

Sánchez, ya se sabía, no iba a negociar, así que se concentró en echar balones fuera y darle vueltas a la presa que llevaba preparada para el diálogo de sordos: la investidura. ¿Se presentará Rajoy a la cita con el Congreso incluso si no tiene garantizados los apoyos para sacarla adelante? También se sabía la respuesta del líder popular: no hay respuesta.

Preguntado por los periodistas respecto a la posibilidad de ir a una investidura fallida que permita ablandar las posiciones con vistas a un segundo intento, Rajoy recurrió a la ironía: "Podrían reblandecerse antes y nos evitábamos perder el tiempo. En esa operación, en la del reblandecimiento, es en la que estoy, y lo otro viene después y hablaremos en otro momento", dijo.

Según Rajoy, el interés general aconseja "negociar todo el tiempo que haga falta" para pactar una agenda de reformas que evite la "locura" de unos nuevos comicios. "Se puede si se quiere", insistió el pontevedrés, quien hoy se verá con el líder de C's, Albert Rivera, a quien intentará mover de su anunciada abstención hacia un sí que le colocase con 169 apoyos.