Como era previsible, el tándem formado por Artur Mas y Neus Munté para ocupar la presidencia y la vicepresidencia del Partit Demòcrata Català (PDC) y la lista que encabezaba Marta Pascal a la dirección salieron victoriosos de las primarias.

No hubo sorpresas porque la candidatura que encabezaba el expresident de la Generalitat no tenía que competir con ninguna otra alternativa y obtuvo el 95,07% de los votos a favor. Mientras tanto, el equipo de Pascal, aspirante a coordinadora general del nuevo partido, superó la candidatura que lideraba Ignasi Planas, con el 87,7% de los votos frente al 12,2%, respectivamente.

Al ser una votación con listas cerradas pero no bloqueadas, los miembros de la candidatura ganadora tenían que recibir al menos el 50% de los apoyos, y en el caso de la lista de Pascal todos sus compañeros rebasaron el 70% de los votos.

El duelo más reñido fue la pugna por la presidencia del consejo nacional de la nueva formación y al que se presentaban la presidenta de la Diputación de Barcelona, Mercè Conesa, y el consejero de Cultura de la Generalitat, Santi Vila, que contaba con el apoyo explícito o implícito de figuras como Carles Puigdemont, Francesc Homs, Albert Batalla o Jordi Cuminal.

Al no superar, ni Conesa ni Vila, el 50% de los votos, se iba a celebrar una segunda vuelta. Pero el consejero, que obtuvo el 42,02% de los sufragios, renunció a seguir con las votaciones y felicitó a la presidenta de la Diputación barcelonesa por su victoria. Conesa había sumado el 49,44% de los apoyos.

Por otra parte, los estatutos del nuevo partido, acordados en el congreso fundacional celebrado del 8 al 10 de julio, recibieron el aval del 97,44% de las personas que votaron.

El portavoz de la jornada de primarias de la nueva Convergència, Francesc Sánchez, explicó que entre el viernes y el sábado participaron en los comicios un total de 5.430 asociados, "mucho más" de la mitad de los 8.000 inscritos, lo que calificó de "éxito absolutamente rotundo" de participación.