Con una pequeña ayuda de los nacionalistas y los independentistas, y en segunda votación, Ana Pastor se convirtió en la presidenta del Congreso. Como la votación fue secreta y en urna, es imposible saber a ciencia cierta qué partidos le proporcionaron con sus votos en blanco (se contabilizaron 25) esa ayuda a la exministra de Fomento, pero por fuerza tuvieron que salir de los escaños de CDC (8), ERC (9), PNV (5), Bildu (2) y CC (1).

El caso es que en la segunda y definitiva ronda, en la que ya solo competía con el candidato del PSOE, Patxi López, Pastor cosechó 169 sufragios (los 137 del PP y los 32 de Ciudadanos), frente a los 155 que sumó el exlendakari (los 85 socialistas y 70 de Unidos Podemos; el que falta habría votado nulo).

De esta manera, el voto en blanco de nacionalistas e independentistas hizo imposible que el candidato alternativo tuviera la más mínima oportunidad ante Pastor. Pero la tenía: solo con que ERC y CDC hubieran sumado sus 17 votos a los 156 con que López ya contaba de antemano (pues Unidos Podemos se había comprometido a votarle si su candidato, Xavier Domènech, no superaba la primera vuelta, como así fue), la exministra habría salido derrotada.

No fue la única ayuda que obtuvieron de los soberanistas los aspirantes de PP y C's a la Mesa del Congreso. Ignacio Prendes (C's) y Rosa Romero (PP) recibieron, cada uno, 179 "síes", diez más de los que suman juntos sus partidos (169). El PSOE y Podemos están convencidos de que esos apoyos extra procedían de CDC o el PNV.

Tanto los catalanes como los vascos negaron haber tomado parte en la operación, igual que hizo taxativamente ERC, alegando que quien piense lo contrario es tonto de baba. Pero esos sufragios de más dieron pie a especulaciones, puesto que CDC necesita la ayuda del PP y C's, que ahora gobiernan por 5 a 4 la Mesa del Congreso, para poder formar grupo propio.