El líder del PSOE, Pedro Sánchez, reclamó ayer a Mariano Rajoy que confirme que va a presentarse a la investidura la primera semana de agosto y que para intentar lograr un mayoría opte por un gobierno "no continuista" y que aplique políticas distintas a las de los últimos cuatro años. Sánchez dio "por bueno" que Rajoy cumplirá su compromiso de someterse a la investidura entre el 2 y el 5 de agosto, pero le reiteró el voto en contra del PSOE.

Durante su intervención en una reunión del grupo socialista celebrada la víspera de la sesión constitutiva de las Cortes, Sánchez reiteró que para poder gobernar con estabilidad el presidente del Gobierno en funciones tiene "el deber y la responsabilidad" de buscar apoyos en sus "aliados potenciales", no en el PSOE.

Condiciones

Además de no rehuir la investidura como en enero, el líder del PSOE puso otras dos condiciones a Mariano Rajoy para que intente ser reelegido. Al líder del Partido Popular, explicó, le corresponde hacer "un gobierno conservador, pero de corte no continuista" y cuyo programa incluya "muchas medidas de cambio" respecto a las desarrolladas desde 2011. A su juicio, el cambio pasa por "el empleo y no por la reforma laboral, por la regeneración y no por los casos de corrupción y por el Estado del Bienestar, no por los recortes".

El PSOE, avanzó, está dispuesto a hacer una oposición "en favor del interés general, constructiva y útil". En la nueva etapa que se abre, en la que Antonio Hernando y Óscar López van a repetir como portavoces en el Congreso y el Senado, respectivamente, Sánchez pidió a sus parlamentarios "izquierda", "cercanía" y "ejemplaridad" en el trabajo de oposición.

Pero después, ya a puerta cerrada, dijo que no tiene "sentido dejar en el limbo" a los diputados de ERC (9) y CDC (8), con los que propuso que "cualquier gobierno" cuente para la "gobernabilidad" del país. La frase volvió a disparar las especulaciones sobre la intención de Padro Sánchez de optar a la investidura si Rajoy fracasa en el intento.