El Ministerio de Exteriores, que dirige José Manuel García-Margallo, convoca al embajador del Reino Unido, Simon Manley, para expresar "su más enérgica protesta" por un nuevo incidente entre una patrullera británica y una nave de la Guardia Civil en aguas de Gibraltar.

El pasado viernes, una patrullera de la Royal Gibraltar Police (RGP) "puso rumbo de colisión" a una embarcación de la Guardia Civil que se encontraba navegando en dirección a las playas de La Línea. "Su irresponsable y temeraria maniobra -efectuada dos veces- produjo un riesgo notable, claro y repentino para la seguridad de ambas embarcaciones oficiales y de las dos tripulaciones", afirma Exteriores en una nota.

El ministerio explica que la patrullera de la RGP que navegaba a alta velocidad, se desvió sólo a escasos metros de la embarcación española provocando una gran ola que desestabilizó a la patrullera de la Guardia Civil. Según la versión de Londres, la Guardia Civil hizo una "incursión ilegal" en las aguas que rodean Gibraltar.

Las aguas que rodean Gibraltar son para España de su soberanía, pues no las cedió por el Tratado de Utrecht de 1713, por el que sí entregó a la Corona británica la ciudad y el castillo de Gibraltar, junto a su puerto, defensas y fortalezas. No así el istmo que une el Peñón con el resto de la Península ni las aguas circundantes. Londres viene reclamando en cambio hasta 3 millas náuticas en virtud de la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar, posterior a Utrecht y que atribuye a cualquier territorio las aguas adyacentes.