Barack Obama partió ayer hacia Estados Unidos desde la base de Rota (Cádiz), después de pasar en suelo español veinte horas y cuarenta minutos. Tiempo más que suficiente para dejar flotando en el aire algunos mensajes: por ejemplo, que España necesita un Gobierno "estable y que funcione bien". O que el crecimiento económico con desigualdad genera "burdo populismo".

El resto de su apretada agenda, que arrancó con un encuentro matinal con el Rey, fue un destacar la "profunda y estrecha" relación que su país y España mantienen. O, ya en Rota -la base que ningún inquilino de la Casa Blanca había pisado hasta que ayer lo hizo él-, que Washington no podría pedir "un mejor aliado que España".

La reunión con Felipe VI sirvió a ambas partes para constatar la "fortaleza" de los lazos de colaboración que unen a España y a EE UU. Por eso la bienvenida que el Rey dispensó a Obama en el primer acto oficial de su visita -la primera de un presidente norteamericano desde 2001- fue cálida y estuvo salpicada de detalles con los que quiso denotar una deferencia especial hacia su invitado, al que, de forma inusual, recibió en la Plaza de la Armería del Palacio de Oriente, ante su misma puerta principal.

Una ceremonia celebrada en el Salón de Columnas sustituyó al almuerzo con un centenar de comensales que en el programa original se había previsto para hoy, lunes, y que se anuló por el anticipado regreso de Obama a causa de la matanza de Dallas.

Felipe VI trasladó a Obama la "voluntad firme y pleno compromiso" de España para "mantener siempre la más estrecha colaboración con Estados Unidos, un país amigo y decisivo en el mundo" y le recordó que ambas naciones "comparten principios, valores e intereses". A lo que Obama contestó que los dos países son más que aliados, porque "comparten los mismos ideales, entre ellos la libertad, el respeto a la ley y al Estado de Derecho".

Ya en la Moncloa y tras reunirse con Rajoy, Obama elogió la recuperación económica de España y destacó la trascendencia de que cuente con un gobierno "estable y que funcione bien", un deseo ante el que el jefe del Ejecutivo en funciones le trasladó su confianza en que pronto consiga un acuerdo que lo haga realidad.

Sin embargo, pese al deseo de Obama de que haya un gobierno estable en España, quiso dejar claro que se trata de una cuestión interna y de que los nexos con EE UU no dependen del partido que ocupe el poder. "Tengo mucha confianza en que fuere cual fuere el gobierno, vamos a poder trabajar de manera eficiente en una serie de asuntos", señaló.

Una apreciación a la que recurrió también Rajoy al plantearle si un triunfo de Donald Trump en las presidenciales de noviembre podría repercutir en las relaciones de ese país con la UE y con España. "Las personas influyen, pero influye sobre todo esa historia compartida y esa voluntad de trabajar juntos por el futuro en los dos países", respondió Obama.

El mandatario norteamericano deseó suerte a Rajoy en las negociaciones que tiene por delante y sobre las que su interlocutor español no dio detalles. Se limitó a garantizarle que hará "todos los esfuerzos" para lograr un acuerdo de gobierno porque repetir las elecciones sería "una broma de mal gusto".