Las conversaciones entre el titular de Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, y el director de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), Daniel de Alfonso, grabadas en el propio despacho del Ministro y desveladas esta semana por el diario digital "Público", han permitido a los independentistas catalanes recargar las baterías donde acumulan denuncias de persecución política y "guerra sucia".

La semana horrible del ministro, cabeza de cartel del PP por Barcelona en las elecciones generales de hoy, ha supuesto un duro e inesperado revés para su partido en el último tramo de la campaña, ante el que los populares no han sabido reaccionar más que destacando el carácter "ilícito" de las grabaciones (realizadas en octubre de 2014) y el "espionaje" al que fue sometido el ministro, y desviando al tiro hacia Ciudadanos; y esto último gracias a que De Alfonso, en su desafiante comparecencia del jueves en el Parlament, reveló que también se reunió en 2013 con Albert Rivera y que en ese encuentro el candidato de C's le ofreció el apoyo de su partido a cambio de que la OAC le diera "alguna cosa".

De hecho, De Alfonso no se privó de llamar "hipócritas" a los diputados catalanes, con cuyos principales dirigentes dijo que se había entrevistado desde su nombramiento en 2011 para hablar del tratamiento de informaciones "sensibles". En las grabaciones puede escucharse a Fernández Díaz y a De Alfonso hablar sin tapujos de cómo buscar y airear datos comprometedores para políticos de CDC y ERC; así, el exconsejero de Interior Felip Puig o el hermano del actual vicepresidente del Gobierno catalán, el republicano Oriol Junqueras.

Más enjundiosa todavía es la conversación en la que De Alfonso hace partícipe a Fernández Díaz de un plan para apartar de la dirección de CDC al entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, y relevarle por el exconsejero de Justicia Germà Gordó, de perfil menos secesionista. Una operación que estarían dispuestos a respaldar grandes empresarios como Isidre Fainé (La Caixa) y el fallecido José Manuel Lara (Grupo Planeta).

Las conversaciones grabadas clandestinamente al ministro datan todas de las semanas previas al proceso participativo del 9-N, que fue suspendido por el Tribunal Constitucional (TC) y por cuya organización y celebración están imputados, entre otros, Mas y el diputado de CDC en el Congreso Francesc Homs.