Una veintena de militares de EE UU que participaron en las tareas de limpieza de Palomares inmediatamente después del accidente nuclear del 17 de enero de 1966 ha desarrollado un cáncer, según una investigación del periódico "The New York Times".

De los 40 veteranos que el rotativo ha logrado identificar entre el personal que participó en las labores de limpieza, que se prolongaron durante tres meses, un total de 21 ha desarrollado la enfermedad y nueve de ellos fallecieron como consecuencia del cáncer.

En las entrevistas que los supervivientes mantuvieron con el "New York Times" relatan cómo recogieron la tierra contaminada por el plutonio, sin ninguna protección.