El expresidente de la Generalitat y líder de CDC, Artur Mas, pasó factura ayer a la Candidatura d'Unitat Popular (CUP), responsable última de que no consiguiera ser investido de nuevo para el cargo, al reprocharle la división interna que quedó patente con la salida de seis de los quince miembros de su dirección. "Algunos daban lecciones de ética y buena política y han acabado peleados entre ellos", dijo ayer Mas en Tarragona, en un acto electoral de CDC.

Su partido, apuntó el expresidente, es de los que "dan la cara y hacen el trabajo" frente a otros, en alusión a la CUP, que "siempre son muy valientes dando consejos y recomendaciones" pero "a la hora de la verdad se esconden".

Las divisiones internas en la formación anticapitalista complican el gobierno a Puigdemont, que no ha conseguido aprobar los presupuestos y se someterá a una moción de confianza. Hugo Alvira, miembro del Secretariado Nacional de la CUP, advertía ayer a Puigdemont que evite traicionarla confianza de su formación con "cálculos partidistas y actitudes inmovilistas" cuando plantee su cuestión de confianza. En un artículo titulado así "Cuestión de confianza", Alvira insta al jefe del Ejecutivo catalán a presentar con claridad su propuesta de hoja de ruta, lo que permitirá a la CUP renovar o no la confianza en su programa.

El miembro de la dirección de la CUP anticipa que la cuestión de confianza servirá de "excusa perfecta a los sectores conservadores y reactivos del independentismo para dar por acabada la legislatura y quien sabe si, de rebote, agotar la fase actual del proceso hacia la independencia".