El expresidente autonómico catalán y actual líder de Convergència (CDC), Artur Mas, echó en el día de ayer en cara a la CUP que "presuma" de incumplir el acuerdo de estabilidad con Junts pel Sí (JxS) y contrastó la actitud de los anticapitalistas con "la manera convergente" de actuar, que es "dar la palabra y cumplirla" y, en el caso de no poder hacerlo, "pedir disculpas". El consejero de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, Josep Rull, también de CDC, confesó que le "hierve la sangre" cuando escucha las explicaciones del diputado "cupero" Benet Salellas, que el viernes atribuyó la negativa de su partido a apoyar los Presupuestos a que Puigdemont no accediera a modificar los impuestos de sucesiones y patrimonio y a modificar el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) para gravar a las rentas más altas. La CUP excluye a ERC de esas críticas, y ayer el "número uno" de la lista de los republicanos al Congreso, Gabriel Rufián, advirtió a los anticapitalistas y a CDC de que todos los soberanistas son "imprescindibles" para la consecución de un Estado catalán.