La CUP amagó ayer con dejar caer a Carles Puigdemont si renuncia a la vía "unilateral". Fue en la sesión de control al Gobierno catalán en el Parlament y en un tono conciliador, pero la amenaza, velada y todo, fue clara. El presidente de la Generalitat anunció el miércoles que en septiembre se someterá a una moción de confianza, y sin al menos dos votos "cuperos" a favor y ocho abstenciones, la perdería, abriendo la puerta a un nuevo adelanto electoral.

Para que eso no suceda, vino a decir ayer la diputada de la CUP Mireia Boya, sería conveniente que Puigdemont no descartara incluir en el calendario de la secesión un referéndum de independencia no pactado con el Gobierno de Madrid. Y no ocultó que eso sería tanto como garantizarse el respaldo de los diputados anticapitalistas en la votación de la cuestión de confianza.

Pese a su escepticismo, el presidente catalán no renuncia a la posibilidad de celebrar una consulta acordada. Pero la CUP es todavía más escéptica que Puigdemont, y Boya le espetó: "Más vale hacer lo que se necesita que esperar lo que no vendrá".

Pero el presidente de la Generalitat le contestó que su Gobierno nunca renunciará a una consulta pactada y reconoció que, tras las elecciones generales del 26-J, se abrirán "escenarios diferentes" si triunfan las formaciones prorreferéndum, caso de Podemos y sus confluencias.

Boya tendió la mano al president para "rehacer" los puentes de diálogo entre la CUP y Junts pel Sí, pero Puigdemont le respondió: "Los mejores puentes son aquellos que no se dinamitan". El Gobierno catalán dio el miércoles por roto el acuerdo de estabilidad que ambas formaciones firmaron en enero, después de que la CUP se negara a retirar su enmienda a la totalidad a los Presupuestos.

Ese acuerdo, que obligaba a los "cuperos" a dar respaldo al Ejecutivo, solo fue posible después de que Artur Mas renunciara a la Presidencia en favor de Puigdemont. Mas acusó ayer a la CUP de dejar "tocado gravemente" al Govern y no descartó que pueda "hundirlo" en septiembre, por lo que vislumbra nuevos comicios en el horizonte.

Si lo sé no vengo

En una entrevista radiofónica, Puigdemont confesó que de haber sabido que el acuerdo de estabilidad firmado con la CUP podía "mutar", no se habría "metido" ni aceptado ser investido presidente de la Generalitat; "no habría aceptado arrancar la legislatura con unas bases tan volátiles y tan débiles, ni creo que el president Mas me lo hubiese propuesto".

Con todo, Puigdemont descarta cerrar un "pacto previo" con la CUP u otros grupos antes de la moción de confianza, que prevé para la segunda mitad de septiembre, y se inclinó por hacer una propuesta de programa de gobierno a todo el Parlament: "No iré a la cuestión de confianza con un pacto previo con la CUP, eso no toca, esto es serio".