El Tribunal de Cuentas salió ayer en defensa de su independencia frente a lo que considera "reiteradas manifestaciones" en las que se cuestiona su imparcialidad tras la condena impuesta a los dirigentes del PP Alfonso Alonso y Javier Maroto por causar un perjuicio económico al Ayuntamiento de Vitoria. El vicesecretario Javier Maroto achaca la condena a que la instructora es una consejera del Tribunal de Cuentas elegida a instancias de IU. La institución que preside Ramón Álvarez de Miranda insiste en que los consejeros son designados por las Cortes Generales y que, por tanto, no son de un partido concreto porque para entrar precisan del voto a favor de tres quintos de cada una de las Cámaras.