Un país cuya deuda supera el 100 por ciento de su PIB "se adentra en una espiral de problemas de todo orden de la que es extremadamente difícil salir". Un endeudamiento que acaba de hacer historia hasta alcanzar los niveles de hace un siglo debe desatar todas las alarmas, avisó ayer el expresidente José María Aznar a Mariano Rajoy. El foro anual de los economistas fue el escenario de un nuevo toque de atención del que fuera líder del PP a su sucesor, que desde hace meses se repiten con frecuencia.

"Hay que volver a tomar en serio la disciplina y las reformas, también como política social", expuso Aznar en una sesión que abrió el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Las advertencias del expresidente fueron directas. Calificó de "grave error" relajar la corrección del déficit, para instar al Ejecutivo de Rajoy a "volver a tomar en serio la disciplina y las reformas, también como política social". Contraponer "disciplina, reformas y crecimiento es un error grave" en lo económico y en lo político. "El déficit público no crea empleo. Todos los empleos soportados por el déficit y no por las reformas económicas se irán con el ciclo económico. Y por supuesto, el déficit se quedará", advertía ayer Aznar.

Un momento económico favorable como el actual es la ocasión para avanzar en la el proceso de consolidación fiscal, con una reducción del gasto público y "sin confiar simplemente en el crecimiento de ingresos públicos cíclicos". Los planes del Gobierno de Rajoy son, sin embargo, otros. A las puertas de una nuevas elecciones, el jefe del Ejecutivo en funciones, considera que la llamada de Bruselas a reducir el déficit por debajo del 3 por ciento no tiene que suponer nuevos recortes y se puede cumplir con esa exigencia con el aumento de la recaudación. Para Aznar, en cambio, es "un error histórico mantener el parón reformista" en el que, a su juicio, estamos instalados "desde hace ya demasiado tiempo". Para el expresidente. "no hacer ahora nada dejaría sin efecto los esfuerzos que sí se han hecho en los últimos años".

La respuesta del Ejecutivo llegó con Soraya Sáenz de Santamaría quien afirmó, tras el Consejo de ministros, que "este Gobierno siempre ha estado a favor del cumplimiento del pacto fiscal".