No hubo sorpresas en la primera reunión entre Mariano Rajoy y Carles Puigdemont. El presidente de la Generalitat salió de la Moncloa convencido de que no hay la menor posibilidad de negociar con Rajoy ni el proceso de independencia de Cataluña ni la celebración de una consulta soberanista. Pero al margen de estos dos asuntos, según Puigdemont, el jefe del Ejecutivo en funciones ha accedido a restablecer el diálogo, y ambos han acordado que los respectivos vicepresidentes, Soraya Sáenz de Santamaría y Oriol Junqueras, se reúnan en los próximos días para abordar cuestiones como el déficit, el abono de cantidades pendientes y, el más espinoso de todos, los recursos ante el Tribunal Constitucional con que el Gobierno de Rajoy ha respondido a muchas de las leyes aprobadas por el Parlament.

Todos estos asuntos figuran en el documento con 46 incumplimientos e interferencias que el Ejecutivo catalán imputa al de Rajoy y que Puigdemont entregó ayer al líder del PP.

Puigdemont confía en que puedan alcanzarse acuerdos en varios de los asuntos en litigio para que "ni un gobierno en funciones ni una situación política pasen factura a los ciudadanos". "Nosotros tenemos interés en que haya un contacto estable", subrayó el presidente de la Generalitat, que espera que el encuentro entre vicepresidentes permita pactar un calendario de trabajo para resolver "los incumplimientos, las deudas pendientes y la asfixia financiera de la Generalitat".

El mandatario autonómico se llevó de Madrid la impresión de que el encuentro, que duró más de dos horas, había discurrido en un "clima de cordialidad formal y normalidad institucional", pero también de que en él hubo nula "vocación de entendimiento".

A Puigdemont no le sorprendió la posición de Rajoy ante lo que, para él, constituye "el elemento fundacional" del proyecto político hacia la independencia que lidera en Cataluña. Pero, según su versión, durante la reunión el presidente en funciones dejó la puerta abierta a que "si en ese camino hacia la independencia" el Gobierno considera "posible" hablar y negociar la celebración de una consulta, ambas partes se sienten.

Pero no ve mejores perspectivas en caso de que haya nuevas elecciones generales. "Hay que ser un poco iluso" para pensar que otros comicios vayan a cambiar las cosas, admitió.

Rajoy compareció para dar su versión del encuentro, en el que advirtió a Puigdemont que "sin ley no hay democracia". "Cataluña es España y la inmensa mayoría de los españoles lo sentimos como tal", fue otro de los mensajes que le trasladó a Puigdemont.