El líder de Podemos, Pablo Iglesias, se quejó ayer de que otras formaciones hayan querido "domesticar" y "normalizar" a Podemos después de las elecciones, pero proclamó que su partido no se va a "vender" y que pasará a la oposición si es preciso. "No empezamos a hacer política hace dos años para que todo siga igual y para convertirnos en una fuerza política domesticada", avisó.

Iglesias hizo estas afirmaciones ante más de 600 personas en un encuentro con los círculos de Cataluña celebrado en Barcelona, junto al secretario de organización de Podemos, Pablo Echenique. Los asistentes les recibieron con una gran ovación y al grito de "que no, que no queremos pacto", "a por ellos" y "sí se puede", a lo que Iglesias respondió: "No sabéis cómo necesitaba esto".

La intervención llega después de que Podemos anunciara el viernes, tras romper la negociación con el PSOE al primer asalto, que preguntarán a sus bases si quieren "un Gobierno basado en el pacto de Rivera con Sánchez" o si, por el contrario, apoyan su propuesta de "gobierno de cambio progresista".

En Pamplona, el capidisminuido secretario político de Podemos, Íñigo Errejón, aseguró que aún quedan "muchas condiciones para que pueda haber Gobierno de cambio" en España, aunque pidió a los socialistas que se decidan ya entre pactar con la derecha o con la formación morada.

"No queremos que haya nuevas elecciones. Además, no hace falta, hay números, hay mimbres y hay condiciones como para que no sea necesario llegar a nuevas elecciones, como para que se pueda conformar un gobierno de cambio", sostuvo Errejón.

La jornada de ayer registró, por otra parte, un cruce de acusaciones entre el líder del PP catalán, Xavier García Albiol, quien denunció que Podemos "se ha financiado con dinero manchado de sangre" de Venezuela, en alusión al informe de la UDEF que registra una donación de seis millones de euros de ese país a la fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS), embrión de Podemos. Iglesias anunció que denunciará a Albiol por esas acusaciones.