La reunión entre los equipos negociadores del PSOE, Podemos y Ciudadanos solo sirvió ayer para constatar las enormes diferencias que separan a los tres partidos, especialmente a los que lideran Pablo Iglesias y Albert Rivera. Las veinte propuestas que les presentó el líder de Podemos a sus interlocutores socialistas y de C's enconaron aún más el rechazo de estos últimos.

En cambio, los socialistas prometieron estudiarlas "muy en serio", aunque ratificaron la vigencia de su pacto con Ciudadanos. El PSOE ve "posible" aunque "muy difícil" un arreglo a tres bandas. "No vamos a recibir el documento de Podemos a título de inventario. Vamos a hacer el máximo esfuerzo y vamos a estirar nuestra mano al máximo para ese acuerdo", prometió su portavoz, Antonio Hernando.

Rivera fue muy duro: "Podemos confirma que quería dinamitar el acuerdo (PSOE-C's) y vuelve a pedir la mitad del gobierno con apoyo de separatistas".

En sus "Veinte propuestas para desbloquear la situación política", Iglesias rebaja sus compromisos en materia de gasto público, impuestos o reducción del déficit, pero mantiene su exigencia de gobierno "a la valenciana" y el derecho a decidir.

Después de casi dos horas y media hablando, los equipos de las tres formaciones fueron incapaces de acordar siquiera la fecha de un segundo contacto, y Podemos anunció que no valorará el encuentro hasta hoy, cuando su dirección y las de sus confluencias gallega (En Marea) y catalana (En Comú Podem) se reúnan para fijar un posición conjunta.