La CUP le dio ayer un serio aviso al Gobierno de Carles Puigdemont (CDC), cuyo sostén depende de los diez diputados que la fuerza anticapitalista sienta en el Parlament. Los "cuperos" advierten en un documento interno que si en enero de 2017 el Ejecutivo de Junts pel Sí (JxS) no ha dado aún "un paso claro" hacia la ruptura con el Estado, le retirará su respaldo y denunciará el "fraude" del acuerdo suscrito entre ambas formaciones.

Puigdemont defendió ante la Cámara autonómica el acuerdo al que JxS y la CUP llegaron el martes para ratificar la proclama secesionista lanzada el pasado 9 de noviembre, que incluye las tres leyes llamadas de "desconexión" (Seguridad Social, Hacienda y de transitoriedad jurídica).

La ratificación de la declaración del 9-N, que está suspendida por el Constitucional, ha sido motivo de roces entre los dos partidos desde hace días. Pero anteayer la CUP accedió a que en el texto no se haga un llamamiento expreso a la desobediencia, a lo que JxS se negaba en rotundo.

Los "cuperos" pedían "no atender" la suspensión de la proclama independentista, mientras que en la moción pactada se habla de que el Parlament "reitera los objetivos" de la resolución, pero se evita hablar de desatender a la corte de garantías.

Con todo y ese cambio, la moción concitó ayer las críticas de toda la oposición del Parlament, que algún grupo, caso de Ciudadanos, tildó de "insulto a la democracia".

Asamblea nacional

El aviso de la CUP está incluido en el primer borrador del "documento de trabajo político" elaborado con vistas a la Asamblea Nacional del próximo 22 de mayo, que aún tiene que ser debatido y enmendado por los militantes, pero en el que los anticapitalistas advierten que su apoyo a JxS está condicionado al avance del proceso secesionista.

El borrador hace constar que si el 10 de enero de 2017, que es cuando se cumple exactamente un año de la investidura de Puigdemont, "JxS no ha hecho ningún paso claro en el camino hacia la ruptura, algo palpable que vire también en el discurso público y político de contención, la CUP debería organizar una conferencia nacional".

Esta conferencia nacional, precisa, tendría como finalidad "iniciar el proceso de denuncia del fraude de los 12 meses de Govern de Junts pel Sí y el inicio de un cambio de paradigma".

Entre tanto, una cascada de reacciones siguió ayer a la revelación de que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, se reunió en secreto el 15 de marzo con el de ERC, Oriol Junqueras, "número dos" del Gobierno de Puigdemont, horas después del encuentro -este sí, público- que mantuvo con el presidente catalán.

Ciudadanos anunció que pedirá explicaciones a Sánchez, pero reconoció que más allá del "secretismo" de la reunión, no ve nada "inapropiado ni alarmante", sino todo lo contrario.

En cambio, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, juzgó "gravísimo" que Sánchez "negociara" con Junqueras para que los independentistas de ERC "le apoyen por activa o por pasiva a cambio de un referéndum y romper España".

Sánchez pidió que el encuentro se viera con "normalidad", lo mismo que Junqueras.