Ciudadanos se sumó ayer al PP en la sospecha de que el líder socialista, Pedro Sánchez, puede dar un "giro" a su postura de franco rechazo al referéndum catalán en el marco de las negociaciones con Podemos, que sin insistir demasiado en la convocatoria de la consulta pero sin renunciar a ella tampoco, sigue sosteniendo la conveniencia de su celebración.

Abrió el fuego contra el secretario general del PSOE la vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, que le acusó de estar negociando con Pablo Iglesias un "referéndum emboscado" para Cataluña.

Según la hipótesis de Levy, Sánchez ha "enviado" con ese objetivo al primer secretario del PSC, Miquel Iceta, a negociar con el líder de En Comú Podem, Xavier Domènech, aliado de Podemos en Cataluña.

La dirigente popular puso el dedo en la llaga al preguntarse si Sánchez está ya "engañando" al líder de C's, Albert Rivera, con "pactos que se están haciendo en la oscuridad" y que pueden poner "en riesgo" la unidad de España.

La respuesta de Ciudadanos fue inmediata. Y si bien Rivera se limitó a decir que su partido no formará parte de un gobierno en el que participen fuerzas que quieren "romper" España (Podemos), la portavoz en el Parlament fue más lejos.

Inés Arrimadas, igual que antes Levy, reconoció la preocupación de C's por la posibilidad de que Sánchez pueda "dar un giro" en su negociación con Podemos, abriéndose a la celebración del referéndum secesionista.

Pero en vez de proseguir por esa vía, Arrimadas prefirió trasladar la presión al PP: si los populares quieren evitar que Sánchez pacte con Podemos y los "independentistas", debe sumarse "a un acuerdo transversal constitucionalista" (con el PSOE y Ciudadanos).

Arrimadas recordó que el PSC "ofrecía ese referéndum hasta hace poquito", pero Iceta descartó por completo que puede darse un acuerdo para fraguar la consulta. "No nos engañemos, si hay un acuerdo, éste debe producirse sobre el denominador común de los programas de PSOE, Ciudadanos y Podemos, que es la reforma constitucional".