El Rey Felipe VI recibió ayer la visita del presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, que eligió Madrid para su primera visita a un país de la UE apenas una semana después de tomar posesión de su cargo.

A pesar de que el monarca se ha visto obligado a limitar notablemente su agenda internacional como consecuencia del resultado que dejaron las elecciones del pasado 20 de diciembre, sí quiso hacer un desplazamiento rápido la semana pasada a Lisboa para atender la invitación de Rebelo de Sousa de asistir a su toma de posesión en la Asamblea Nacional.

Apenas unos días después, Rebelo de Sousa devuelve esa visita con un viaje a Madrid procedente del Vaticano, donde ha estado en la mañana de ayer.

Este rápido intercambio de visitas es reflejo de la voluntad de España y Portugal de mantener una estrecha colaboración, fruto de su vecindad, pero también de su doble condición de países europeos e iberoamericanos que empuja a ambos a coordinarse y prestarse apoyo mutuo en los foros internacionales, debido a la multitud de intereses compartidos.

Felipe VI bajó al zaguán de la escalinata del Palacio Real para salir a recibir a su invitado, justo cuando éste se bajó del coche que lo trasladó al palacio.

Juntos subieron la escalinata y, en la Cámara Oficial donde el Rey recibe las cartas credenciales de los embajadores, posaron unos segundos ante los fotógrafos y cámaras de televisión.