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Doctor en Sociología por la Universidad de Harvard

José Luis Álvarez: "Los empresarios y el PP renuncian a defender el capitalismo moderno"

"Rajoy es el presidente más conservador que ha tenido España sin contar a Calvo Sotelo"

José Luis Álvarez Barcelona. // FdV

Los empresarios españoles, "como sus guardianes del PP", se equivocan al renunciar a un discurso legitimador del capitalismo moderno, asegura José Luis Álvarez Barcelona (1958), máster en Sociología por la Universidad de Harvard, doctor en Comportamiento Organizativo por la Harvard Business School, profesor de Liderazgo de la escuela de negocios parisina INSEAD y autor entre otros libros de su especialidad de "Los presidentes españoles". Álvarez analiza en esta entrevista para Epipress el comportamiento de los nuevos y viejos políticos en este trance de rodaje de la nueva legislatura y ve a Pablo Iglesias como un Le Pen de izquierdas y a Albert Rivera permanentemente escondido tras las faldas de Adolfo Suárez. El experto en liderazgos echa en falta inspiración y simpatía en Pedro Sánchez y considera a Rajoy como uno de los presidentes más conservadores que ha tenido España desde la transición. Subraya tres cosas: la riqueza de la sociedad civil catalana, que nadie defienda en estos momentos el capitalismo moderno y considera que los ciudadanos han llegado a la conclusión de que la política no resuelve sus problemas y optan por ello por dirigentes cada vez más estrambóticos.

-Profesor Álvarez. ¿Estamos huérfanos de buenos líderes en España?

-En España lo que tenemos son grandes líderes empresariales. Respecto a los políticos no estamos peor que en otras sociedades modernas. La falta de liderazgo es una percepción común.

-¿Por eso triunfan en Europa y en Estados Unidos personajes como Le Pen o Trump?

-Sucede eso porque hay sectores de la clase obrera y de las clases medias que se han desenganchado de la política tradicional. Se cuestionan la prevalencia del Estado del bienestar surgido en la postguerra y tienden a girar la vista hacia personajes populistas y estrambóticos. Se ve en los ingleses que votan a favor de la salir de la UE, en los holandeses que apoyan a la extrema derecha, en los estadounidenses que se sienten atraídos por el folclore de Trump e incluso en España con los que apoyan a Podemos como protesta hacia el sistema. En este marco se podría incluir hasta al independentismo catalán.

-Por cierto, ¿a qué se debe el éxito arrollador de un personaje tan provocador como el multimillonario Trump?

-En Estados Unidos ya existía el Tea Party con personajes del estilo de Sarah Palin. Ante una política que la gente no se cree irrumpen fácilmente personajes estrambóticos y divertidos. Es una apuesta por el espectáculo porque el ciudadano cree que en el fondo la política no arregla nada. Ante la impotencia, la reacción es la diversión. No hay que olvidar que en Italia surgió Beppe Grillo que era literalmente un payaso. La gente apuesta por la diversión sin consecuencias aparentes.

-¿Defiende la derecha española el capitalismo con suficiente convicción?

-Lo interesante de las elites económicas españolas es que han renunciado a su discurso legitimador del capitalismo moderno. Lo mismo hace el PP, que renuncia a explicar que su sistema económico puede ser mejor que otras alternativas. Los empresarios prefieren no meterse en líos para no enfadar a nadie.

-¿Son mejores entonces nuestros empresarios que nuestros políticos?

-Creo que los empresarios se equivocan por ocultar su discurso, pero tenemos grandes empresarios y también políticos muy interesantes. Lo cierto es que no hay una respuesta popular contra los empresarios y sí la hay contra nuestros políticos cuando los políticos de derechas no dejan de ser los guardianes de los empresarios.

-¿Cuáles son en su opinión los políticos más interesantes en España?

-Los nuevos. Pablo Iglesias no existía hace cuatro años y ahora casi ha igualado en votos al PSOE. Albert Rivera me resulta menos interesante, pero de la nada y de una comunidad autónoma ha sacado 40 diputados y se ha convertido en la marca de su tribu.

-¿Qué conclusiones ha sacado del reciente debate de investidura sobre los nuevos y los viejos políticos?

-Los nuevos empiezan a desvelarse porque partían con la ventaja de ser desconocidos y de disfrutar por lo tanto del beneficio de la duda. Ahora empezamos a ver sus defectos.

-Dígame por favor cuáles son.

-Pablo Iglesias osciló entre la agresión innecesaria y el ridículo. A Rivera se le vio su retórica basada en esconderse tras las faldas de Adolfo Suárez. Pedro Sánchez tiene que aprender algo muy importante que es saber ser simpático, le falta inspiración.

-¿Qué me dice de Rajoy?

-Es el presidente más conservador que ha tenido España sin contar a Calvo Sotelo. Rajoy piensa que el mundo está bien como está y si no cree que no se puede hacer nada por mejorarlo. Rajoy es un pesimista.

-¿Ha visto a Pedro Sánchez con suficiente coraje y capacidad para armar y liderar el próximo Gobierno de España?

-De momento se le ha visto con coraje para liderar el PSOE pero todavía no está claro para qué quiere gobernar España.

-¿Por qué ve usted a Mariano Rajoy como el presidente más entrópico?

-Es el que menos energía pone para cambiar. Aznar era todo energía para revertir la europeización socialdemócrata de España que había impulsado Felipe González. Rajoy no introduce energía y piensa que el sistema se organiza a sí mismo sin darse cuenta de que esa forma de pensar lleva siempre al caos.

-¿Qué va a aportar la entrada de Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados?

-Show, nuevas maneras, radicalidad e incluso diversión.

-¿Qué esconden su nueva retórica y su atuendo rupturista?

-La manera que tienen los políticos de atraer votos está en su estilo que mimetizan con segmentos importantes de la población a los que quieren pedir el voto. Pablo Iglesias se identifica con esos jóvenes que no se han puesto nunca una corbata.

-¿Qué le pareció la disputa entre Iglesias y el presidente del Congreso, Patxi López, a propósito del tuteo?

-Fue un triunfo de Iglesias. A López le salió de forma inconsciente ese tuteo y lo que queda claro es que los nuevos políticos están resquebrajando las rutinas decimonónicas que prevalecen en el Congreso.

-¿Por qué forzó tanto las cosas Pablo Iglesias al cargar con cal viva contra Felipe González?

-Primero por las críticas feroces de González al gobierno bolivariano de Venezuela y, sobre todo, para meterse con el depósito de prestigio más importante que le queda al PSOE. Fue una venganza por la postura de González hacia Venezuela.

-¿Qué mensaje hay en el beso en la boca de Iglesias al diputado Xavier Domènech delante de los escaños de los sorprendidos ministros del PP?

-Lo que buscaba Iglesias era la cámara de televisión para hacer un pequeño show, como lo hizo Carolina Bescansa al llevar a su hijo al Congreso. Es populismo puro e incluso demagogia para llamar la atención.

-¿Es preocupante la presencia del populismo en el Congreso?

-No, mientras no interfiera en las sesiones. Ese tipo de gestos nos sirve para descubrir si Pablo Iglesias es serio o no.

-¿Lo es?

-El problema de Pablo Iglesias es que quiere salir del euro y de la OTAN y no parece que eso vaya a ser posible. ¿Qué ocurre cuando uno no puede cumplir sus promesas? Juega con la gente con este tipo de guiños populistas pero eso dura poco. Podemos deberá cambiar y hacerse más parecido al PSOE. Mientras no esté en el Gobierno no se tendrá que enfrentar a las imposiciones de su programa electoral que parece poco posible de cumplir.

-¿Hay algo que destacar de Albert Rivera?

-Ciudadanos es solo Albert Rivera, lo cual es una fortaleza y también una debilidad. Su única esperanza es quitar votos al PP y lo hace bien con sus ataques a Rajoy. Ciudadanos es el partido más individualista de todos, es una agrupación al servicio de una persona.

-¿Cómo valora su actitud ante el conflicto de Cataluña?

-El partido nació para dar voz al sector no nacionalista de Cataluña que no se sentía cómodo en el PP por su conservadurismo moral. Rivera es más liberal y encontró ahí el hueco para contentar a los antiindependentistas de cultura liberal. El PSC siempre ha jugado un poco al nacionalismo. Rivera es leal a lo español y moderno en lo cultural.

-¿Va a influir el cambio generacional en poner fin a la corrupción?

-Es difícil poner fin a la corrupción en un sistema democrático. Países sin corrupción hay muy pocos y suelen estar vinculados a tradiciones religiosas muy puritanas, como los escandinavos, o a sistemas autoritarios como el de Singapur. Corrupción hay en Alemania y en Estados Unidos, pero con la irrupción de estas nuevas generaciones en política, la corrupción no será tan descarada al menos al principio.

-¿Qué ha tenido que ver el movimiento de protesta del 15-M con la entrada de dos partidos como Podemos y Ciudadanos con tanta fuerza en el Congreso español?

-El 15-M está vinculado sobre todo a Podemos que busca los votos de la juventud infraempleada que está preparada y ocupa puestos de trabajo de nivel inferior a su preparación. Hablan de lo mal que está el empleo juvenil en España, pero ni Podemos, ni el PSOE ni Izquierda Unida se han dado cuenta de que con la globalización, la referencia laboral ha dejado de ser España. Estamos en la UE y no pasa nada si se trabaja en Francia o en Alemania. Irse a trabajar a Estados Unidos o a Canadá no es emigrar.

-¿Quién está ganado el duelo de la izquierda entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias?

-A largo plazo ganará Pedro Sánchez porque el discurso de Iglesias no se puede cumplir y la gente que le ha votado como protesta empezará a reclamar que su voto sea útil. Yo creo que Sánchez lo hace mejor.

-¿Qué le parece a usted la gestión que hace el soberanismo catalán para alcanzar sus objetivos?

-Es brillante, avanza, suma votos y ocupa sin problemas la administración catalana.

-¿Cómo han conseguido estructuras de tanta capacidad movilizadora como Omnium y la Asamblea Nacional?

-Cataluña tiene una sociedad civil mucho más rica que el resto de España que se pone al servicio en este caso del soberanismo porque además está regada de ayudas de la Generalitat para promover actividades culturales que ensalcen lo catalán.

-¿Por qué la izquierda necesita más el liderazgo que la derecha?

-Porque la izquierda persigue la modificación del status quo y para ello necesita un líder que promueva esa revolución. Los líderes son esenciales en la izquierda, no en la derecha que es por lo general conservadora y por lo tanto más reacia al cambio.

-Como autor de un libro sobre la materia, ¿cuál ha sido el mejor de los presidentes españoles desde la democracia?

-Felipe González, por motivos misteriosos, de genética y por el momento histórico que vivió en la Transición. Es un líder natural sin querer serlo, mientras que a Aznar le costó mucho a pesar de querer serlo. Adolfo Suárez fue un presidente peculiar que cuando dejaron de apoyarle no logró ni crear un partido político, algo que sí hizo, por ejemplo, Jordi Pujol. Felipe González se quedó con la marca PSOE, fue el creador del socialismo moderno español. Calvo Sotelo fue un gran administrador, pero no un líder. Zapatero tampoco fue un líder pero ganó dos elecciones que debía de haber perdido. De Rajoy ya he dicho que es más entrópico.

-¿Y el peor?

-Todos son interesantes.

-¿Sigue pensando que desde que Rodríguez Zapatero vació la ideología del PSOE sustituyéndola por el estilo, la caída del PSOE es imparable?

-Imparable no, pero muy difícil de revertir.

-¿Es que no puede ser Podemos una alternativa progresista al PSOE?

-No, porque Podemos no es europeísta y me parece poco progresista al definirse como nacionalistas. Pablo Iglesias es un Le Pen de la izquierda.

-¿Qué va a pasar ahora con la derecha si pierde el poder?

-Podrían poner a otro candidato pero no será de hoy para mañana. No creo que la derecha pierda tanto poder como algunos piensan.

-¿Por qué José Maria Aznar se ha vuelto tan crítico con Rajoy si fue él precisamente quien le designó para sustituirle?

-Aznar quiso salirse del poder sin perder las elecciones y nombró sucesor a Rajoy pero cometió errores brutales tras el 11-M. La gestión emocional de esa tragedia dio con todo al traste. Aznar se ve ahora como el gran líder y mira a Rajoy como a un perdedor. Él se considera el refundador del PP y es verdad y ahora ve un PP descabezado en Valencia, Madrid y otras regiones. La actitud de Aznar respecto a Rajoy es la de la nostalgia propia del que ha sido el amo.

-¿Qué pelea de liderazgo subyace entre ambos políticos del PP?

-No hay una pelea. A Rajoy le molestan las cosas de Aznar porque tiene problemas más graves a los que atender que lidiar con esa nostalgia de Aznar. A Rajoy, Aznar le parece un pesado.

-¿Ha sido la corrupción la que al final ha desangrado tanto al PSOE como al PP cuando estaban en el poder?

-Por supuesto. El PP hubiera sacado mejores resultados en las elecciones si no se hubiese visto salpicado por los casos de corrupción y no hay que olvidar que a Felipe González le pasó los mismo aunque aguantó bastante bien el tipo.

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