Doce años después de los atentados del 11-M, que se cobraron las vidas de 192 víctimas que viajaban en los trenes de cercanías de Madrid, el homenaje a los fallecidos se celebró ayer por primera vez bajo el signo de la unidad de las asociaciones que agrupan a los familiares de quienes perecieron en acciones terroristas. Después de que a las nueve de la mañana sonaran las campanas de todas las iglesias de Madrid al unísono durante dos minutos, en presencia de trabajadores de emergencias, cuerpos de seguridad y políticos, las representantes de las asociaciones de víctimas, el jefe del Ejecutivo en funciones, Mariano Rajoy y otros representantes institucionales depositaron una corona de laurel en la fachada de la Real Casa de Correos, donde una placa recuerda a los fallecidos.Los líderes de PSOE, Pedro Sánchez, y de Podemos, Pablo Iglesias, asistieron a la conmemoración convocada en la estación de Atocha.

Los homenajes que ayer salpicaban la jornada propiciaron que cundiera el propósito de que en el futuro el recuerdo del mayor atentado registrado en España se realizara con un acto único, en lugar de los que se promueven en distintos puntos relacionados con la trágica jornada. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, coincidieron ayer en su apuesta por "dejar de lado todo lo que separa" a personas y partidos para estar juntos "por lo importante", que es "el cariño a las víctimas y la unidad frente al terrorismo".