La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, fue ayer el blanco de duras críticas, la mayoría de ministros, del PP, del PSOE y de C's por decir a dos mandos militares que no le gustaba que el Ejército tuviera un stand en el Salón de la Enseñanza de la Ciudad Condal. La regidora acusó ayer al PP, a C's, a algunos representantes del PSOE, como la exministra Carme Chacón, y a algunos medios de comunicación de "crear una falsa polémica partidista".

Colau fue saludada el miércoles por los mandos presentes en el expositor militar del salón de la Enseñanza, el coronel Luis Castuera y el teniente Bruno Alonso, a quienes comunicó que no le gustaba que estuviesen en el salón: "Estamos por separar espacios", les dijo la alcaldesa, a lo que los mandos le respondieron: "Sí, algo hemos oído".

Colau insistió ayer en que se limitó a trasladar a los mandos militares el acuerdo que tomó por mayoría el pleno y que "no hubo confrontación" ni falta de respeto.

El coronel Castuera y el teniente Alonso explicaron que se acercaron a saludar a Colau y ésta respondió "muy amablemente" y les hizo saber su opinión y la decisión del pleno.

Colau afirma que la relación entre el Ayuntamiento y el Ejército es cordial y su presencia tiene cabida en muchos actos institucionales y tiene "sus espacios".

Sin embargo, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, entendió las palabras de la regidora hacia los militares como "una falta de respeto institucional y una falta de educación en lo personal". Para el ministro de Justicia, Rafael Catalá, fue una muestra de "sectarismo", y el ministro de Sanidad y Servicios Sociales, Alfonso Alonso, le recordó que ella es alcaldesa "porque hay un Ejército que cuida de todos".

El portavoz del PSOE en el Congreso, Antonio Hernando, criticó el "tono de antimilitarismo rancio" de Colau. El secretario general del grupo parlamentario de C's, Miguel Gutiérrez, tachó sus palabras de "salida de tono sin sentido".

En su defensa han surgido algunas fuerzas políticas, como ERC, que también abogó por que el Ejército no esté presente en el Salón, y la portavoz adjunta de Podemos en el Congreso, Irene Montero, que opinó que la alcaldesa de Barcelona no tenía "ninguna intención de herir", sino que habló de manera "respetuosa".