Antonio Ballabriga, un antiguo profesor de Esade que trabajó dos años en el Instituto Nóos, confirmó ayer ante el tribunal que juzga el caso que, aunque formalmente el exduque de Palma había abandonado los proyectos del Instituto a finales de 2006, continuó vinculado a él con posterioridad.

Ballabriga declaró como testigo por videoconferencia y su testimonio se consideraba importante por cuanto podía aclarar muchos de los detalles de la negociación que mantuvo Nóos con las autoridades valencianas respecto a proyectos deportivos como los Juegos Europeos. Este evento nunca llegó a celebrarse y por su anteproyecto el Instituto cobró 382.000 euros, que la Fiscalía reclama ahora a los acusados. Ballabriga fue nombrado por Nóos director de ese proyecto.

"Las instrucciones que me dieron es que debía informarle (a Urdangarín) de los avances del proyecto de los Juegos Europeos", declaró el testigo, quien detalló que la única explicación que le dieron sobre la marcha de Urdangarín fue que se iba "por motivos personales".

En el interrogatorio le fueron mostrados a Ballabriga correos en los que se demuestra el constante contacto que mantuvo con Urdangarín. Los correos incluyen cuestiones económicas, a pesar de que Urdangarín reiteró una y otra vez ante el tribunal que no se encargaba de ese tipo de asuntos.