También el presidente del Congreso de los Diputados, Patxi López, se estrenó ayer en el cargo. Al menos, en un debate de envergadura. Su primer "gran toro" fue la sesión de investidura que no superó su compañero de partido Pedro Sánchez, y la lidia se le complicó.

El exlendakari fue generoso con los turnos de palabra, concedió tiempo extra a algunos intervinientes -a Pablo Iglesias, por ejemplo, que tenía que compartir sus treinta minutos con En Comú Podem y En Marea- y algunos diputados abusaron.

A Iglesias, precisamente, tuvo que llamarle al orden. López le reprendió después de que el líder de Podemos le acusara de haberle quitado la palabra. El presidente de la Cámara le recordó que antes había sido "extraordinariamente generoso" y le pidió que no se valiera del insulto o la descalificación para atacar a sus adversarios políticos.

"No hagamos nada que pueda demostrar que no somos respetuosos. Sigamos este debate por los senderos en los que estaba antes", pidió.

Poco antes Iglesias había comentado con sorna que López le hubiera tuteado, cuando él siempre se había dirigido al presidente de la Cámara de usted, a lo que López contestó con una "llamada al orden" simbólica, que no reglamentaria, para que bajara el tono.

Pero también hubo algún que otro abuso en los turnos por alusiones. La cosa había empezado con las peticiones de los ministros de Exteriores e Interior por unos comentarios de Sánchez. López las concedió, pero cuando el portavoz del PP, Rafael Hernando, quiso hacer lo mismo, el presidente de la Cámara, con media sonrisa, pero ansioso por cerrar la espita, dijo: "Hasta aquí hemos llegado".

Antes, incluso, se había visto a obligado a retirar la palabra a Mariano Rajoy.