El presidente del Gobierno en funciones y del PP, Mariano Rajoy, se defendió ayer con una amenaza del último caso de corrupción que ha afectado a su partido en Valencia, donde una veintena de dirigentes populares han sido detenidos, se exige la refundación del partido y se pone en el punto de mira a la exalcaldesa Rita Barberá: "Esto se acabó y aquí ya no se pasa por ninguna", aseguró Rajoy con peculiar formulación.

Siguió su intervención afirmando que "todo el mundo, sea quien sea, desde el presidente nacional del partido hasta el militante más modesto tendrá el mismo trato".

Respecto a Barberá, su sucesor al frente de la alcaldía de Valencia, Joan Ribó, aseguró ayer que sus protestas de inocencia en el caso Imelsa no solo "no se las cree ni su propio partido".