La denominada Operación 14, que el pasado mes de diciembre se saldó con la detención de once personas en Palma en el marco de una actuación contra la explotación laboral y los derechos de los trabajadores, sigue revelando sorprendentes novedades.

La investigación ha destapado innumerables deficiencias sanitarias y timos a los clientes de los restaurantes que controlaban los cabecillas de la presunta mafia laboral, especialmente a los turistas, que pagaban más caras las bebidas en los bares y restaurantes de esta red.

Estas son algunas de las revelaciones de la investigación sobre las condiciones de los restaurantes de la presunta mafia:

-Tapas 'recicladas'. Según el testimonio de una trabajadora, su encargado les obligaba a reciclar las tapas que los clientes no quisieran. Por ejemplo, si en un plato sobraban croquetas, "allí no se tiraba nada", y se servían a otro comensal.

-Del suelo al plato. "El encargado nos obligaba a aprovechar cualquier producto aunque se hubiera caído al suelo", relató una empleada.

-Camuflaje de sabores. Los cocineros tenían que reutilizar la comida "siempre". Para camuflar el mal sabor de los alimentos pasados, estos se condimentaban con salsas diversas.

-Zumos con frutas estropeadas. Los trabajadores de varios locales donde se servían zumos subrayaron que se usaba fruta "estropeada" y que las bebidas se elaboraban con agua del grifo, en lugar de embotellada. Además, se les añadían grandes cantidades de azúcar para enmascarar el mal sabor.

-Garrafón y alcohol de saldo. Era habitual en los locales de la organización que se rellenaran botellas de vino de marca con caldos de tetrabrik comprados en supermercado mucho más baratos. Los refrescos de cola y las cervezas también se sustituían por productos de peor calidad y precio mucho más bajo. Las botellas de licor se rellenaban jeringuilla en mano con alcohol de garrafón.

-Bichos en la cocina. "Las condiciones sanitarias eran lamentables. En 7 meses solo fumigaron una vez. En la cocina había muchos bichos, no había ventilación y era casi imposible respirar por el calor", se quejó un trabajador.

-Espaguetis de varios días. La pasta, días después de ser cocinada, se pasaba por agua para reblandecerla y servirla. Así, no se desechaba nada. Una vez alimentos descongelados por una avería se volvieron a congelar. Comida con moho se lavaba y se servía, al igual que productos caducados.

-Manos mugrientas. Un trabajador rotaba en varios negocios y trabajaba muchas horas. "Tenía las manos mugrientas como si tuviera lepra", dijo un empleado.