El socialista Patxi López será elegido hoy nuevo presidente del Congreso en sustitución de Jesús Posada gracias al apoyo de Ciudadanos, que también llegó a un acuerdo por separado con el PP por el que el partido más votado se garantiza tres puestos en la Mesa, uno más que el resto de formaciones.

Un acuerdo "a tres bandas" en el que el PP renunció a presentar su propio candidato para presidir el Congreso, aunque, eso sí, tampoco apoyará a Patxi López en la votación de hoy.

Si no hay sorpresas en la votación, secreta y en urna, el PP contará con tres miembros en la Mesa, dos vicepresidentes y un secretario; el PSOE otros dos: el presidente y un vicepresidente; Ciudadanos amarra otros dos asientos; y Podemos tendrá dos más, hasta completar los nueve vocales de este importante órgano del Congreso.

Podemos no se sumó al acuerdo porque insistió en formar cuatro grupos parlamentarios separados, el liderado por Pablo Iglesias y otros tres con sus "marcas" electorales territoriales, lo que no ha sido aceptado por el resto de fuerzas políticas al incumplir el reglamento del Congreso.

No obstante y de votar a sus propios candidatos, Podemos obtendría con sus 69 votos un vicepresidente y un secretario de la Mesa.

El PP, que durante las últimas semanas había insistido en que le correspondía la Presidencia del Congreso como partido más votado en las elecciones del 20 de diciembre, dio ahora el visto bueno a un acuerdo que le garantiza una posición mayoritaria en este órgano, vital para la organización parlamentaria.

Jesús Posada se despidió con cierta pena, aunque se ha felicitado de que su sucesor, el socialista Patxi López, vaya a ser elegido con un amplio consenso.

"Siempre he dicho que me hubiera gustado repetir. Este es un puesto muy bonito, pero siempre he dicho que lo veía muy difícil", reconoció Posada, que seguirá en la Cámara como diputado por Soria.

Desde el PSOE, Pedro Sánchez se congratuló por la elección de López, una persona "acreditada" que "trasciende la figura de un partido político" y que cuenta con experiencia institucional como lehendakari, con el diálogo como bandera.

"Es una extraordinaria noticia para el PSOE y para la nueva etapa que se tiene que abrir en el Congreso y en la vida pública", añadió.

No obstante, lamentó que Podemos, por sus "contradicciones internas", no se haya sumado al pacto con Ciudadanos sobre la Presidencia y la Mesa del Congreso.

También se ha felicitado por el acuerdo el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que considera que se abre una nueva etapa con separación "absoluta" de poderes y en la que se "invalida" la tentación que pueda tener cualquier grupo para hacer un uso partidista de la Cámara.

Rivera, eso sí, alertó que vincular este "gran acuerdo" con el PP y el PSOE con futuras alianzas de Gobierno "sería imprudente". "No se pueden sacar conclusiones", insistió.

En el otro extremo, Podemos criticó el pacto que dibuja -a su juicio- "una alianza a tres por el inmovilismo" y "un búnker contra el cambio" sellado por "la vieja política".

"Parece que PP, Ciudadanos y PSOE han acordado repartirse la Mesa del Congreso. Los tres del búnker comienzan a cabalgar", denunció Pablo Iglesias.

Pese a ello, Podemos aún confía en que el PSOE "apueste por la sensatez" y acepte la constitución de cuatro grupos parlamentarios de Podemos y cada de sus confluencias territoriales en Cataluña, Galicia y Valencia, lo que -añade- "permitiría seguir avanzando hacia un acuerdo que haga real la voluntad de cambio que los ciudadanos han expresado en las urnas el pasado 20 de diciembre".

Y es que, una vez conformada la Mesa del Congreso, los diferentes partidos tienen cinco días para solicitar la formación de los grupos parlamentarios.