Un centenar de alcaldes y concejales de la CUP suscriben un manifiesto en el que se pide "generosidad, flexibilidad y empatía" para que su formación llegue a un acuerdo con Junts pel Sí (JxS) que facilite la formación de un gobierno en Cataluña y eviten unas nuevas elecciones en marzo. El pronunciamiento se produce en vísperas de que la izquierda anticapitalista celebre mañana en Sabadell (Barcelona) una asamblea para la que se han inscrito más de 3.500 personas, que decidirán, en principio a mano alzada, sobre la última propuesta de acuerdo de JxS para facilitar la investidura de Artur Mas como presidente de la Generalitat.

El manifiesto "Ni un paso atrás hacia la independencia" advierte de las consecuencias negativas para el proceso soberanista de una falta de acuerdo entre las dos formaciones independentistas del Parlament. Los cargos municipales de la CUP consideran que la posible falta de acuerdo político sería "muy negativo" para el proceso soberanista al representar "el retorno al marco autonómico y la imposibilidad de construir la república catalana". Reconocen que unas nuevas elecciones en Cataluña podrían "desestabilizar y debilitar el apoyo social y político a la opción independentista", reforzando las "terceras vías" y favoreciendo nuevos pactos con el Estado español.

Este pronunciamiento es una muestra más de las tensiones internas que vive la formación. La diputada de la CUP Eulàlia Reguant augura un resultado ajustado en la asamblea de mañana y confía en que la propuesta de Junts pel Sí no provoque la ruptura del partido. La diputada augura un resultado muy ajustado en la votación y muestra su confianza en que esta situación no provoque la ruptura de la organización. Reguant está convencida de que, si en la asamblea sale un "no" a Mas "y JxS no hace más propuestas, iremos a elecciones".

Desde fuera también llegan continuas presiones a la CUP de cara a las trascendental asamblea. La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, se mostró ayer convencida de que la izquierda anticapitalista "estará a la altura del momento histórico" y de que el año acabará en Cataluña "con presidente investido". Así lo anticipó en el cementerio de Montjuïc durante la ofrenda anual ante la tumba del expresidente de la Generalitat Francesc Macià, que murió el día de Navidad de 1933. En el mismo acto, Artur Mas se mostró cauto y eludió opinar sobre lo que ocurrirá mañana en la asamblea de Sabadell. "La CUP tiene que hacer su trabajo, que tiene todo el derecho a hacer. Lo más inteligente que puedo hacer para que vaya bien es no hablar".

El líder de ERC, Oriol Junqueras, espera de la CUP una decisión que permita "avanzar en el proceso hacia la independencia de Cataluña".