Una experiencia altamente recomendable y no solo por el sueldo, por el que matarían en sentido figurado, muchos mileuristas. El trabajo en el Congreso y el Senado es "satisfactorio" y a nivel personal "toda una experiencia". Ya es un poco tarde, pero recuérdenlo y dentro de cuatro años echen el currículum a ver si hay suerte.
Por diferentes motivos, Enrique López Veiga, porque decidió regresar al área de la gestión y ahora es presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, Carmela Silva, que ahora está al frente de la Diputación de Pontevedra, y Olaia Fernández Davila, porque pensó que tocaba renovación, no volverán a las Cortes el año que viene. Los tres vivieron intensamente su paso por el Congreso o el Senado, y los tres lo dejan con "el orgullo" de haber defendido Galicia. Eso sí, cada uno con su estilo y según su ideología.
Enrique López Veiga, que también fue conselleiro de Pesca con Fraga y alto funcionario en Bruselas durante once años, sostiene que Miguel Arias Cañete, ahora eurocomisario, "todavía se le escapa cuando le ve", de la caña que le dio por la Ley de Costas y la Ley de Calidad Alimentaria, pero en su opinión valió la pena, le convenció de mejoras en las dos normas que favorecieron a Galicia. "Una vez en el Senado tuve una discusión tan apasionada con Cañete, que recuerdo la cara de su jefa de gabinete temiendo que hubiese periodistas cerca". La razón, que "la Ley de Costas salía muy coja del Congreso", y los populares gallegos no podían dejarla pasar así.
López Veiga estaba dispuesto a batirse con quien fuera, pero también a echarse unas risas, incluidos con diputados de la oposición, sobre todo con "la vieja guardia", con el expresidente asturiano Vicente Alvarez Areces, con quien compartió etapa universitaria en Santiago, y Felipe López, ahora consejero de Fomento en Andalucía.
Carmela Silva aún recuerda el susto que se llevó cuando "un diputado se mareó en la tribuna". "La primera en asistirlo, porque estaba muy cerca, fui yo y creí que era una infarto", dice Silva, quien advierte a los novatos que como diputado forman parte de un grupo y deben trabajar siempre en equipo. "Hay que olvidar el individualismo y saber que están en un proyecto global", asegura, la dirigente socialista, quien hace balance y considera "apasionante" y "extraordinaria" su vivencia, primero en el Senado, donde fue la primera mujer portavoz de los socialistas, y después en el Congreso, donde fue vicepresidenta segunda de la Mesa.
Por su parte, Fernández Davila se va con "el orgullo" de haber sido quien hizo "posible" con sus compañeros del BNG que "Galicia estuviese presente en los debates más importantes", y que presidentes y ministros tuvieran que dar cuenta de su gestión para con la comunidad. La defensa de los intereses de los preferentistas y los emigrantes retornados aún la recuerda "con pasión y rabia". También tiene buenas palabras para el ourensano Celso Delgado, diputado del PP "flexible" con el que podía se hablar, porque había otros "..." y palabras llenas de cariño para el fallecido Labordeta, a quien tuvo compañero de escaño durante 4 años.
