La agencia de medición de riesgos Fitch ha rebajado dos escalones la calificación crediticia de Cataluña, desde BBB- hasta BB, colocándola en la consideración de bono basura, debido a la aprobación por el Parlament de la resolución que da inicio al proceso independentista.

Fitch adopta esta decisión al considerar que la declaración del Legislativo catalán puede afectar a la cooperación de la Generalitat con el Gobierno español. Se trata del primer pronunciamiento de una de las tres agencias de referencia en materia de rating después de la resolución secesionista.

Fitch advierte de la incertidumbre reinante acerca de si Cataluña continuará beneficiándose de la liquidez que le facilita el Gobierno a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). Con todo, considera que el proceso de secesión no alterará la actividad económica y, pese a la incertidumbre, da por sentado que Madrid seguirá prestando asistencia financiera a la Generalitat a través del FLA.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, criticó ayer con dureza, entre tanto, las negociaciones de Artur Mas con la CUP para ser investido "a toda costa" presidente de la Generalitat y afirmó que por un cargo "no merece vender una comunidad".

Además, calificó a Mas de "presidente menguante en apoyos" y proclamó que no puede seguir sometiendo al pueblo catalán a "la división y la fractura" porque "perjudica a todos". "El único que puede sacar algo, pero dejándose muchos pelos en la gatera, es él", dijo, convencida de que muchos votantes de la candidatura de Junts pel Sí ya no secundan esas "derivas radicales y antisistema" por las que se está conduciendo Artur Mas.

La vicepresidenta, quien confía en que la suspensión por parte del Tribunal Constitucional de la moción soberanista a petición del Gobierno sea el último paso de este asunto, hizo un llamamiento a Mas y a los independentistas a "respetar las leyes porque es tanto como respetar la democracia".