Artur Mas volvió a tropezar ayer en el "no" de la CUP y se convirtió en el primer aspirante a la Presidencia de la Generalitat que no consigue salir investido ni siquiera en la segunda votación, cuando solo se requiere que el candidato obtenga más apoyos que rechazos. Y eso que Mas -que ya el miércoles se mostró dispuesto a ceder poder a una tripleta de vicepresidentes para ganarse el favor de los anticapitalistas- agregó ayer a su oferta una inédita propuesta: someterse a una moción de confianza dentro de diez meses que le valió la acusación de estar "rifando" el cargo para poder mantenerse en él.

Pero ni con esas: la CUP volvió a alinearse con el resto de los grupos de la oposición, y la segunda votación calcó el resultado de la primera, celebrada el martes: 62 votos a favor, todos los de Junts pel Sí (JxS), frente a 73: los 25 de C's, los 16 del PSC, los 11 del PPC, los 11 de Sí Que Es Pot y los 10 de los "cuperos".

Así las cosas, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, abrirá un nuevo periodo de consultas con los grupos antes de convocar más plenos de investidura. Pero con una fecha tope: si el próximo 9 de enero la Cámara no ha sido capaz de investir a un candidato -sea Mas o cualquier otro: la CUP quiere a Raül Romeva-, al día siguiente habrá que convocar nuevas elecciones anticipadas, que se celebrarían en marzo: las cuartas desde 2010.

Un escenario con el que Mas amenazó al líder parlamentario de la CUP, Antonio Baños, después de que este tachara de "reaccionario" un eventual nuevo llamamiento a las urnas y señalara que aún hay tiempo para fraguar un acuerdo. "Es verdad, hay tiempo, pero no mucho", le respondió el candidato de JxS. "Dice que no quiere elecciones anticipadas, pero volver a votar es una opción".

Con todo, el tono y las palabras de Baños reflejaron ayer un acercamiento de posiciones con JxS. El portavoz "cupero" adelantó en su intervención que su grupo votaría "no". Pero se trata de un "no tranquilo", aclaró. A lo que Mas le respondió después, irónico: "Preferiría un 'sí' intranquilo que un 'no' tranquilo".

Baños hizo caso omiso de la propuesta de Mas de ceder peso en favor de una triple vicepresidencia, pero valoró su oferta de someterse a una moción de confianza. Y no dijo explícitamente que no puede ser president, sino solo que hay que continuar negociando para alcanzar un acuerdo que está "cerca".

El objetivo es "ensanchar la mayoría social" por la independencia, agregó Baños, que también pidió a JxS que el "no" de los "cuperos" no sea interpretado como un síntoma de división. La CUP ha convocado una reunión de su consejo político para el próximo día 29 al objeto de desencallar la investidura.

El debate empezó con una petición del portavoz del PPC, Xavier García Albiol, para que Forcadell manifestase ante el hemiciclo que acata la resolución del Tribunal Constitucional. Pero la presidenta de la Cámara respondió que ese asunto no tenía "nada que ver" con el pleno de ayer.

Sin embargo, Baños anunció desde la tribuna que los diputados de la CUP no acatarían la suspensión de la declaración independentista y el propio Mas la desdeñó: "Ya lo hicieron el 9-N y las urnas se pusieron".

La portavoz de C's, Inés Arrimadas, acusó a Mas de "entregar Cataluña a la CUP" con sus "locuras". Una palabra que también emplea el "Financial Times" en un editorial muy crítico con la "carrera hacia la independencia" emprendida por los soberanistas.

El líder del PSC, Miquel Iceta, acusó a Mas de "degradar" la Presidencia de la Generalitat al convertirla en objeto de "rifa", y el de Sí Que Es Pot, Lluis Rabell, atribuyó los desacuerdos entre JxS y la CUP a que, "en el fondo, no hay una realidad social para la desconexión" de Cataluña con el resto de España.