El comisario jefe de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluis Trapero, ordenó a todos los agentes que le remitan cualquier atestado sobre eventuales casos de sedición en Cataluña, para que sea él quien personalmente asuma "en todos los supuestos y sin excepción" las decisiones que quepa adoptar. Trapero envía una serie de directrices para "dar seguridad jurídica" al cuerpo tras recibir una escrito de la Fiscalía de la Audiencia Nacional que les ordena que elaboren informes o atestados y los remitan a los tribunales si en el marco del proceso soberanista se produjeran delitos de sedición, rebelión o contra la Corona y las instituciones del Estado.

De esta forma, el comisario jefe descarga de cualquier responsabilidad a los agentes, atendiendo al principio de jerarquía y al hecho de que son los mandos y él mismo los que adoptarán "las decisiones últimas" y, por tanto, los que "asumirán la responsabilidad máxima en el cumplimiento de las obligaciones que se puedan derivar de estos casos".

Mientras, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña notificó en mano a los presidentes de la Generalitat, Artur Mas (en funciones), y el Parlament, Carme Forcadell, la advertencia del Tribunal Constitucional sobre las consecuencias penales que supondría ignorar la suspensión de la declaración independentista.

Una de las principales líneas de defensa de Mas en la querella que investiga el TSJC por desobediencia en la organización del 9-N se basa en que la Generalitat no fue avisada de las consecuencias de seguir adelante con la consulta ni expresamente avisada de cuáles eran los actos que quedaban suspendidos por el TC.