El candidato de IU a la Moncloa, Alberto Garzón, rechazó ayer sumarse al pacto de Estado, a su juicio de "confrontación", que le ofreció el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, durante una reunión en la sede de la Presidencia del Gobierno. Garzón le respondió que no quiere participar en ningún "teatro" que enfrente a las clases populares de Cataluña y España. "El principal problema es entre ricos y pobres, y no entre España y Cataluña", resumió.

Después de entrevistarse con Rajoy, Garzón rindió cuentas ante la prensa. Y, tal como hizo el líder de Podemos, Pablo Iglesias, el viernes, describió el encuentro como "cordial" y "amable", pero ilustrativo de las "enormes" diferencias que separan a IU del PP. "Solo hemos coincidido en que llovía", ironizó Garzón.

IU, expuso, apuesta por una salida "dialogada y negociada", no por resolver los problemas "políticos" en los tribunales. Y abogó por la convocatoria inmediata de una mesa de diálogo, que incluya también a los que "quieren incumplir la ley", y una consulta "con plenas garantías democráticas".

Rajoy también se reunió con los presidentes de las comunidades de Madrid, Valencia y Cantabria. La primera, Cristina Cifuentes, juzgó "acertada" su estrategia "porque es inclusiva".

Entre tanto, la portavoz del comité electoral del PSOE, María González Veracruz, aseguró que no hay "ninguna duda" de que los socialistas van a estar "al lado del Gobierno", pero avisó de que, más que "fotos", quieren una "unidad" que vaya más allá del "momento electoralista".