El coordinador general de Convergència (CDC), Josep Rull, advirtió ayer que si Artur Mas no es investido presidente, "los ciudadanos de Cataluña tendrán que volver a hacer de árbitros" en unas nuevas elecciones. El aviso de Rull a la CUP, que se opone a que Mas siga presidiendo la Generalitat, es el segundo desde el viernes.

"Es un escenario que no queremos, no deseamos y estamos convencidos de que no se producirá", afirmó Rull, convencido de que Junts pel Sí y CUP llegarán a un buen acuerdo en el que nadie tenga que renunciar a sus "activos".

El viernes, el consejero de Territorio, Santi Vila, avisó: "Sin Mas como presidente, no habrá más alternativa que concurrir a elecciones". Rull dejó claro ayer por qué. Mas es "un activo muy importante para consolidar este espacio soberanista ganado y ensancharlo".

Para Rull, "mucha gente que ha hecho el tránsito a la independencia" lo ha hecho basándose en la solvencia de Mas. "Si Mas da un paso atrás, lo forzamos o alguno lo fuerza a dar un paso atrás, el espacio del soberanismo se reduce e imposibilita la culminación con éxito del proceso", sentenció. Y "no tiene sentido ofrecer en bandeja de plata" al líder de CDC cuando sus adversarios, a través de los tribunales y el Código Penal, lo atacan.

Eso sí, el "número dos" de Convergència retó a los consejeros críticos con la proclama independentista -Vila es uno de ellos- a hacerse oír el lunes en la reunión del comité ejecutivo del partido.

Alicia Sánchez-Camacho (PP), constató ayer que "cada día que pasa, Mas está más solo". Y el líder de ERC, Oriol Junqueras, pidió a JxS y a la CUP, con la que dijo compartirlo "casi todo", que no desaprovechen "la gran oportunidad" de la independencia.