Irene Lozano ha optado por pasarse al PSOE como independiente después de haber estado cuatro años de diputada con UPyD, durante los que se caracterizó por convertirse en uno de los azotes del bipartidismo y por denunciar la "complicidad" de populares y socialistas con la corrupción.

"El bipartidismo está muerto", profetizó Lozano el pasado mes de febrero tras criticar la forma en que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, firmaron el pacto contra el terrorismo yihadista.

Escritora y periodista, Lozano llegó a la política en 2011 de la mano de la entonces líder de UPyD, Rosa Díez, de quien asimiló el discurso crítico contra lo que llamaba el "PPSOE" por representar un modelo anclado en el pasado.

En los últimos años, ha sido portavoz en las comisiones de Asuntos Exteriores, la UE, Cooperación Internacional para el Desarrollo, Defensa y de Control de RTVE, aunque también ha intervenido en debates como el relativo a las preferentes de Bankia.

Fue en uno de estos debates cuando acusó al PSOE y al PP de practicar la "antipolítica" y el "clientelismo", lo que provocó el malestar entre los diputados socialistas por acusarles de ser conniventes con la corrupción.

"La antipolítica es un discurso, no el nuestro, (...) que han practicado tanto ustedes como el PP, permitiendo las prácticas corruptas de cargos públicos y su impunidad, y que han llevado a corruptos en sus listas", llegó a decir ante la indignación de la bancada del PSOE.

En la campaña de las elecciones europeas en mayo de 2014, cuando los socialistas aún estaban dirigidos por Alfredo Pérez Rubalcaba, Lozano llegó a asegurar que para el PP y el PSOE, "su ideal europeo sería una mezcla de Suiza y Sicilia".

"Es decir, secreto bancario, cuentas ilegales y métodos mafiosos, que es a lo que nos tienen acostumbrados", censuró Lozano, licenciada en Lingüística por la Universidad Complutense de Madrid y diplomada en Filosofía por el Birkbeck's College de la Universidad de Londres.

Aunque más punzante con el PP, Lozano ha remarcado en diversas intervenciones que la corrupción ha sido una lacra que ha afectado también a los socialistas.

En especial, destacó el caso de Madrid, donde "todo es corrupción: el PP, el PSOE y la dirección de IU".

"En el caso del PPSOE, da igual el cristal con que se mira: todo es mentira", denunció en su cuenta de la red social de Twitter, espacio donde también se ha prodigado en sus reproches a los dos grandes partidos para denunciar que su "bipartidismo imperfecto" está en "decadencia".

En otro tuit, llegó a afirmar: "Partido nuevo (@UPyD) versus partidos viejos (PPSOE). Nuevo-viejo, arriba-abajo, delante-detrás. No es tan difícil, no?".

La lealtad de Lozano a Rosa Díez fue total hasta el último año, hasta el punto de ser una de las que más censuró el conato de rebeldía del eurodiputado Francisco Sosa Wagner, al que acusó de "mezquindad" por pedir un acercamiento a Ciudadanos.

Sin embargo, su apego hacia Díez comenzó a diluirse tras la debacle electoral que UPyD sufrió en las elecciones andaluzas del pasado mes de marzo.

Fue entonces cuando abandonó la dirección y se distanció de Díez, a la que pidió su dimisión o acometer una renovación profunda en la estrategia del partido.

Crítica en un principio con las negociaciones de UPyD con Ciudadanos para entablar posibles alianzas, Lozano se abrió meses después a esta posibilidad después de emprender un camino propio para tratar de hacerse con las riendas de la formación magenta.

Bajo la candidatura "Renovadores UPyD", compitió en primarias con Andrés Herzog, el delfín de Rosa Díez, ante quien perdió, firmando su certificado de defunción en el partido.

Después de semanas de reflexión, Lozano ha consumado su marcha de UPyD tentada por la oferta de Pedro Sánchez para subirse al barco socialista como independiente.

Con UPyD, su última misión fue la de denunciar el pasado mes de marzo el episodio de acoso sexual y laboral sufrido por la excomandante Zaida Cantera, con la que ahora compartirá lista en el PSOE.

Con la marcha de Lozano, son tres, de los cinco diputados de UPyD que comenzaron la legislatura, los que han dejado su escaño por sus discrepancias con la dirección del partido.

Antes de Lozano lo hicieron Toni Cantó, que optó por marcharse a Ciudadanos, y el portavoz económico, Álvaro Anchuelo, que volvió a la Universidad.