El líder del PSOE, Pedro Sánchez, se jactó ayer de que mientras su partido acoge a independientes como la exdiputada de UPyD Irene Lozano, en el PP los dirigentes "dimiten o se avergüenzan" de la gestión del Gobierno en los últimos cuatro años. Por segundo día consecutivo, el fichaje de Lozano copó la atención en un acto de los socialistas.

Si el sábado lo hizo en la reunión del comité federal, marcado por las ausencias y el significativo silencio de Susana Díaz, ayer volvió a centrar el interés, aunque con menos tensión, en la presentación de los candidatos al Congreso y el Senado; un acto celebrado ante unas 4.000 personas en el polideportivo Antonio Magariños de Madrid.

Al grito de "¡presidente, presidente!" y jaleado por continuas ovaciones, Sánchez apeló a la renovación del PSOE y vaticinó que ganará las elecciones generales del 20-D contra un PP que "se resquebraja por la aluminosis de la corrupción".

"En un tiempo en que los dirigentes del PP dimiten o se avergüenzan del PP, nosotros nos abrimos a independientes, no indiferentes, porque siempre supimos que el PSOE es de la mayoría de los españoles y el enorme cauce por el que siempre fluyen corrientes de energía, ilusión y capacidades para cambiar España", sostuvo el secretario general.

El acto fue la puesta de largo de Lozano como socialista. La exdiputada de UPyD recibió una salva de aplausos cuando apareció en el pabellón entremezclada con los otros integrantes del comité de expertos del PSOE y los de la ejecutiva federal. Pero, igual que en el comité federal del sábado, hubo sonoras ausencias.

De hecho, sólo acudieron dos presidentes autonómicos, el asturiano Javier Fernández y el castellano-manchego, Emiliano García-Page. Pero ninguno de los críticos, que encabeza el extremeño Guillermo Fernández Vara.

En su discurso, Sánchez estuvo triunfalista y esperanzado: "Digámoslo alto y claro. Las mejores páginas de la historia reciente de España se han escrito con puño y letra socialista, con reformas socialistas, tras triunfos socialistas".

Para Sánchez, ni la derecha, "ni los rupturistas, los de las soluciones fáciles a los problemas complejos", en alusión a Podemos, representan la solución. "Ni unos, ni otros, han traído nunca nada bueno a este país. Jamás. Solo frustración y desesperanza", les reprochó Sánchez, quien no mencionó a Ciudadanos, el partido que está llamado a ser clave en la gobernabilidad de España tras las elecciones del 20-D.

Frente a PP y Podemos, Sánchez reivindicó al PSOE como el partido que va a "liderar un cambio seguro y valiente" y a proponer reformas "audaces, eficaces y radicales". Eso sí, reconoció que su programa también será "derogador", empezando por la reforma laboral, la ley educativa y la de seguridad.