Rito iniciático, fiesta de bienvenida. Suena hasta divertido, y en la mayoría de casos así es. Pero las lágrimas muchas veces no son de risa. Alberto fue víctima de novatadas y recuerda cómo le golpearon y le emborracharon. "El veterano debe saber que hay conductas que pueden ser hechos delictivos", nos explica Isidora Cortés, subcoordinadora del plan preventivo contra las novatadas de la Policía Nacional.

"El novato debe saber que si es una víctima hay unos medios que puede utilizar para denunciar. Y el espectador, que es la tercera figura que aparece en este contexto, debe saber que si no socorre a una persona que está en peligro puede cometer un hecho delictivo". Y difundirlo por el móvil o redes sociales, agrava el asunto. Siempre, claro, que se denuncie. Y no es fácil. "En el momento no me atreví. Fue miedo, cobardía", recuerda Alberto.

"Hay una serie de coacciones que si la víctima no denuncia, nosotros no podemos investigar", se lamenta Isidora. Trabajo de prevención en el que hay que seguir incidiendo, como reclama Loreto González-Dopeso, presidenta de la Asociación Contra las Novatadas y el Maltrato entre Universitarios.

"Mucha labor de sensibilización para cambiar la percepción de las novatadas. A la gente le sigue pareciendo que hay cosas que son graciosas y nosotros mantenemos, con los expertos en violencia, que una novatada, aunque sea leve, nunca es una broma". Hace justo un año el Senado instó al Gobierno a adoptar medidas para proteger a las víctimas y eliminar estas prácticas ya recogidas en el Código Penal de Francia o Estados Unidos pero que, un curso más, se siguen repitiendo.