Los primeros indicios recogidos por los grupos de investigación de los Mossos d'Esquadra apuntan a que el corte de los cables de fibra óptica de la vía del AVE entre Vilafranca del Penedès y Gelida que ayer paralizó el servicio de alta velocidad en Cataluña fue un acto de sabotaje.

La circulación de 40 trenes de alta velocidad quedó paralizada durante nueve horas, lo que afectó a unas 13.000 personas que viajaban o debían hacerlo en tren por el corredor Madrid-Barcelona-frontera francesa.

El caos se adueñó de la estación de Sants, en Barcelona, donde la habitual gran afluencia de viajeros se multiplicó al tener que acoger a personas que debían viajar en la alta velocidad y no podían hacerlo por esta incidencia.

También se vivieron colas y nervios en la estación del AVE del Camp de Tarragona, donde algunos viajeros comprobaron, con sorpresa, que los autobuses que supuestamente debían trasladarlos a Barcelona sólo llegaban hasta Tarragona, desde donde tuvieron coger un tren de media distancia hasta la ciudad condal.

Ni siquiera el presidente de Renfe, Pablo Vázquez, se libró de esta situación al encontrarse en un tren parado en Zaragoza a la espera de que se solucionara la incidencia en Cataluña.

Fibra óptica

La hipótesis del sabotaje se refuerza por el hecho de que es la primera vez que se cortan cables de fibra óptica, que son los que sirven de comunicación y de servicio de seguridad para la circulación de los trenes de alta velocidad. Se da, además, la circunstancia de que este cable no lleva cobre y no tiene ningún valor crematístico en el mercado.

Por su parte, la ministra de Fomento, Ana Pastor, pidió ayer disculpas a los usuarios y solicitó a los Mossos d'Esquadra que colaboren de manera intensa para que no se vuelvan a producir este tipo de sucesos. "Estamos ante unos hechos gravísimos porque afectan al servicio público, a cientos de personas a los que hay que pedir disculpas", señaló la ministra.