El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) se defendió ayer de las acusaciones de parcialidad de las que está siendo objeto en un comunicado en el que afirma que actuó con "criterios estrictamente jurídicos" al imputar al presidente de la Generalitat, Artur Mas. El tribunal advierte a los independentistas de que es poco democrático intentar "deslegitimar" a la justicia por intereses partidistas.

La sala civil y penal del TSJC argumenta que la citación de Mas como imputado obedece al "calendario" del magistrado instructor de la querella de la Fiscalía por la convocatoria y celebración del proceso participativo del 9-N y recuerda que, una vez admitida aquella a trámite, la ley obliga a tomar declaración al querellado.

El tribunal sale así al paso de las críticas a la decisión del juez Joan Manel Abril, que el pasado martes, dos días después de las elecciones catalanas, citó como imputado a Mas para el próximo 15 de octubre, día en que se cumple el 75º. aniversario del fusilamiento del president Lluís Companys, una coincidencia que los soberanistas interpretan como una provocación.

El TSJC subraya que las decisiones relacionadas con la instrucción del caso las toma el juez "teniendo en cuenta el calendario previo de señalamientos de la sala", "los posibles conflictos de fechas que afecten a las personas citadas (...) y las disponibilidades logísticas de su secretaría". El tribunal mantiene que, "sin desconocer la trascendencia política" del caso, tanto el instructor como la sala "han actuado y lo seguirán haciendo con criterios estrictamente jurídicos".

A juicio del TSJC, "intentar deslegitimar, por conveniencias políticas o partidistas, al poder judicial y a los magistrados que lo integran con el propósito de condicionar sus decisiones judiciales no es propio de países que se consideran democráticamente avanzados".