La Policía prosigue la búsqueda de las manos de la peregrina Denise Pikka Thiem, cuyo cadáver fue hallado en el pasado día 11, y que los investigadores consideran clave para determinar si el autor confeso del crimen, Miguel Ángel M.B., es responsable de un delito de homicidio o de uno de asesinato.

Fuentes de la investigación han informado a Efe de que el detenido ha indicado a los policías dónde enterró las manos, a unos cuatrocientos metros del lugar donde apareció el cadáver de Denise, desaparecida el pasado 5 de abril en Astorga (León) cuando hacía el Camino de Santiago.

Sin embargo, las mismas fuentes han apuntado que esos restos aún no han aparecido y han planteado la posibilidad de que no lo hagan, dada la presencia en el lugar de animales salvajes.

El hallazgo de los restos puede ser fundamental para la defensa del autor del crimen, pues de ello depende que pueda demostrar o no que la mujer murió de un golpe accidental durante una pelea.

Las fuentes consultadas indican que si en las manos de la mujer hubiera restos de piel del asesino cobraría fuerza la hipótesis de que hubieran peleado y durante la disputa la mujer hubiera recibido el fuerte golpe en la cabeza que le causó la muerte.

Eso podría traducirse en una acusación por homicidio y no por asesinato.

Por contra, si no hubiera restos, sería un indicio de que el detenido golpeó a la víctima de forma premeditada, lo que agravaría la consideración del delito.

Entre tanto, la Policía Científica trabaja con las muestras de ADN enviadas desde Estados Unidos por la familia de la peregrina para comprobar si coinciden con los restos biológicos hallados en una sierra en casa del presunto homicida.