Nueva advertencia al secesionismo catalán, tras las de Merkel, Cameron y Obama. La Comisión Europea (CE) se reafirmó ayer en que si Cataluña llegara a independizarse dejaría de ser parte del bloque comunitario. No es la primera vez que Bruselas lo dice, pero el nuevo aviso del Ejecutivo de la UE llega solo diez días antes del 27-S, y en medio de una dura refriega política sobre las consecuencias de la secesión.

El portavoz de la CE, Margaritis Schinas, se limitó a decir que la postura del Ejecutivo comunitario no ha variado y que su actual presidente, Jean-Claude Juncker, "se mantiene en la misma línea de lo que viene expresando la Comisión Europea ya desde 2004, cuando se pronunció sobre ello el expresidente Romano Prodi".

Por si hubiera dudas, el portavoz recordó: "Si parte de un Estado miembro deviene independiente, deja de ser parte de la UE, pasa a ser un tercer Estado, y los tratados europeos dejan de serle de aplicación". Así que: "Debería volver a solicitar la adhesión".

Aunque no según la Fundación Alternativas, vinculada al PSOE, que, en un informe coordinado por el diputado y exsecretario de Estado de la UE Diego López Garrido, advierte que una declaración unilateral de independencia haría "inviable que la Cataluña hipotéticamente separada de España pudiera -si lo solicitara- ser reconocida como Estado candidato a ser admitido en la Unión, y ni siquiera iniciar un proceso de negociación con la Comisión para llegar a integrarse como nuevo Estado miembro".

Además, la secesión acarrearía la separación de Cataluña de las organizaciones internacionales de las que forma parte España: la ONU, el FMI o la OTAN. No podría estar representada en el Eurogrupo y no tendría acceso a la financiación del BCE, el Mecanismo Europeo de Estabilidad ni el Banco Europeo de Inversiones. Por no hablar de que dejaría de pertenecer al área Schengen de libre circulación de personas.

"Basta leer los tratados para saber que la salida de parte de un país de ese país implica su salida de Europa", dijo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, celebrando el aviso de Bruselas, que, sin embargo, el "número uno" de Junts pel Sí, Raül Romeva, desoyó. El eurodiputado declinó valorar la advertencia de la CE salvo para asegurar que "los tratados permiten perfectamente que una parte de un Estado convertida en Estado forme parte de la UE. Esto es indiscutible". Pero el candidato de Unió, Ramon Espadaler, advirtió: "Fuera de la Unión Europea hace mucho frío".

De todo ello seguramente debatirán el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, y el líder de ERC y "número cinco" de la lista de Junts pel Sí, Oriol Junqueras, el próximo día 23, pese a la oposición de parte de la dirección del PP, que teme que el cara a cara pueda perjudicar a su candidato en Cataluña, Xavier García-Albiol; máxime después de que Margallo defendiera una reforma constitucional que la cúpula popular no apoya.

En campaña, el aspirante de la CUP, Antonio Baños, reconoció que su grupo no descarta abstenerse si Artur Mas optara a la investidura. Un sondeo hecho público ayer vuelve a otorgar a la suma de Junts pel Si y la CUP una ajustada mayoría absoluta.