El ministro de Justicia, Rafael Catalá, se mostró ayer dispuesto a modificar la Constitución en algunos casos muy concretos como la delimitación de las competencias del Estado y de las comunidades o la actual preferencia del hombre sobre la mujer en la sucesión de la Corona.

El Gobierno también está abierto a suprimir el aforamiento de los diputados autonómicos, si bien en el caso de los parlamentarios del Congreso y el Senado recuerda que eso implica una reforma de la Carta Magna y habría que tener un nivel de "consenso, reposo y tiempo suficiente" para analizarlo.

Catalá señaló que "el Estado autonómico podría definirse mejor", sobre todo en lo relativo a "cuáles son las competencias del Estado y cuáles las de las comunidades". "Se podría aprovechar esta experiencia de 37 años para ver cómo se refuerzan los mecanismos de coordinación y cooperación", apostilló.

Pero advirtió que la reforma debe estar alejada de "eslóganes" y centrada sólo en "soluciones concretas". Catalá rechazó el "Estado federal asimétrico" del PSOE, partido que tachó de "cortina de humo" la propuesta del Gobierno.

El PP aseguró ayer que es el momento de tener una financiación "más justa y razonable", después de que se conociera que Cataluña es la que más se lleva del Estado (22.110 millones de euros) a través del fondo de liquidez, por delante de Valencia (4.319 millones) Castilla-La Mancha (390 millones), Murcia (330 millones) y Cantabria (197 millones).

En esta línea de aplicar la experiencia acumulada en estos años, el ministro también recordó que en la Constitución hay artículos que tenían una naturaleza "meramente transitoria", por ejemplo, de "cómo se accedía a la autonomía" y eso "ya ha surtido efecto" por lo que, apuntó: "ya no es necesario mantenerlo en esos términos".

También recordó que hay otras cuestiones como las que tienen que ver con la sucesión en la Corona, la preferencia actual del hombre sobre la mujer, que "podría abordarse perfectamente y con un buen consenso social".

"Yo creo que se puede hacer una reflexión tranquila, razonable, fruto de la experiencia de 37 años de convivencia que llevaría a un planteamiento de reforma de la Constitución, sin duda", reflexionó Rafael Catalá.