Artur Mas afirmó ayer que las elecciones del 27-S son el "derecho a la legítima defensa" ante los "ataques sistemáticos" del Estado y fijó en 68 diputados -mayoría absoluta de la Cámara catalana- la cifra mínima para proclamar la victoria del independentismo sin tener en cuenta el número de votos. El president dejó claro que se trata de unos comicios de carácter plebiscitario sobre la secesión, después de haber evitado incluir una referencia así en el decreto de convocatoria.

El mandatario autonómico dijo que estas elecciones tienen el propósito de que los ciudadanos puedan responder a la pregunta planteada en la consulta del 9-N sobre "si quieren que Cataluña sea un Estado y si quieren que este Estado sea independiente".

Mas criticó que el Gobierno quiera "cargarse los grandes pactos de la Transición" mediante "un ataque al concepto de autonomía y autogobierno" que "mucha gente está dispuesta a combatir". "Cuando te atacan sistemáticamente, tienes derecho a la legitima defensa", remachó para añadir que el "recuento" en la noche del 27-S tendrá "carácter de plebiscito".

El president fijó en 68 diputados -la mayoría absoluta- el mínimo que el independentismo deberá obtener para la victoria en el "plebiscito", y aclaró que no se tendrán en cuenta los votos, al no ser un referéndum "en condiciones normales". En alusión a si ese porcentaje bastaría para legitimar la secesión, Mas respondió: "¿Es suficiente el 49% para pararlo? ¿Le daremos más peso al 49% que al 51%? Lo encuentro incoherente". CiU tiene ahora 50 escaños, de los que 13 son de Unió y 21 de ERC.

El mandatario ironizó con que, si los independentistas no lograran esa mayoría, "el primero que dirá que las elecciones son plebiscitarias será Rajoy". Mas le instó a "respetar" el resultado y a "darse cuenta de que esto no son elecciones normales". Para CDC esta convocatoria del 27-S marca el fin de la era autonómica. Los partidos independentistas defendieron el carácter plebiscitario del 27-S y los constitucionalistas atacaron a Mas por su engaño.