"Los ciudadanos han dejado claro que la opción mayoritaria de los españoles es el PP", afirmó ayer Carlos Floriano, vicesecretario del partido y encargado de dar la cara en "una noche dura" para la formación, tal y como la definió un militante.

Efectivamente, los populares fueron el partido más votado en España, pero pierden mucho apoyo y poder. Y su rival directo, el PSOE está sólo dos puntos por debajo. "En la mayoría de las comunidades autónomas y ayuntamientos, somos la primera fuerza política y eso nos confiere una responsabilidad, que es la de liderar gobiernos estables", afirmó.

"Creemos interpretar bien, nuestra mayoría desde la humildad", añadió Floriano, indicando que el PP no escatimará esfuerzos para lograr pactos que den estabilidad a las instituciones. "Nuestra gran tarea sera alcanzar acuerdos, y el punto de partida será nuestro programa. España va en la buena dirección, quedan muchas cosas por hacer, pero las reformas de Rajoy y el esfuerzo de todos nos están permitiendo salir crisis".

Esperanza Aguirre, vencedora en la alcaldía de Madrid, aunque no podrá gobernar si Ahora Madrid y el PSOE pactan -ella misma dijo en su comparecencia que habían pasado del 48% de votos en 2011 al 34,4%- se comprometió con los madrileños, "tanto si soy alcaldesa como hay un pacto que me envía a la oposición", a representarles, "defendiendo los principios y valores liberal conservadores desde el lugar donde me han puesto los madrileños".

Tanto Floriano como Aguirre agradecieron a los ciudadanos sus votos, en unas circunstancias que la popular calificó de "muy difíciles y las mías personales en la última semana dificilísimas", subrayó.

El presidente del Gobierno Mariano Rajoy, acompañado de su esposa Viri Fernández y de otros cargos del partido, entre ellos los tres vicesecretarios generales Javier Arenas, Esteban González Pons y el ya citado Floriano, los presidentes del Congreso, Jesús Posada, y del Senado, Pío García Escudero, y la ministra de Empleo, Fátima Báñez, entre otros.

Sin celebración del balcón

Conscientes de que los resultados podían no ser los esperados, el partido no preparó ninguna celebración en el balcón y apenas una veintena de militantes se concentraron en el exterior.

Aguirre siguió el escrutinio en la planta primera de Génova, sede del PP de Madrid, junto a compañeros, entre ellos Ignacio González. Y la candidata autonómica Cristina Cifuentes lo hizo en el tercer piso. Fue la única que entró por la puerta principal. "Estoy muy tranquila, confío en los ciudadanos", declaró. Cifuentes agradeció reiteradamente la confianza que despositó en ella el partido y -aseguró- dijo creer no haber defraudado.