La pareja de turistas valencianos que se ocultó en un cuarto de limpieza durante 23 horas en el Museo del Bardo de Túnez durante el atentado terrorista llegó anoche a Valencia tras ser repatriada por el Ministerio de Defensa. Juan Carlos y Cristina, que se encontraban de luna de miel, confundieron a la policía con yihadistas y se despidieron porque pensaban que estaban a punto morir. Cristina, que está embarazada de cuatro meses, explicó que los médicos de Túnez que le han examinado han confirmado que el bebé se encuentra bien. El matrimonio desmintió que vayan a llamar a su hija Túnez porque hace meses que tienen claro que será Martina.

El matrimonio fue recibido en el aeropuerto por el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y por el delegado del Gobierno, Serafín Castellano, que se mantuvieron en un segundo plano y no comparecieron ante los medios. Cristina indicó que estaban "nerviosos, contentos y emocionados de ver a la familia". Juan Carlos añadió que el recuentro con sus familiares fue "muy emocionante. Ha sido un mal trago y sabíamos que la familia estaba sufriendo".

El momento del rescate

La mujer confesó que en los últimos momentos de encierro pensaron que todo iba a acabar mal. "Nos despedimos entre nosotros porque vimos que no había marcha atrás. Cuando la policía abrió pensamos que eran los terroristas que nos iban a matar", aseguró.

"El policía abrió la puerta y la volvió a cerrar corriendo. A lo mejor pensó que eramos terroristas porque estábamos en el suelo. Creímos que iba a por un arma para dispararnos allí, que era el final. Fue a buscar a más gente. Ese fue el momento en el que nos despedimos. Volvió y empezó a gritar: 'Tourist, tourist'. Cuando dijo: 'Policía' yo todavía dudé, pero enseguida nos sacaron, nos abrazaron y nos dieron azúcar y agua", subrayó Cristina.

23 horas encerrados

El matrimonio recordó emocionado cómo pasaron las 23 horas de cautiverio. "Estuvimos allí calladitos y sin hacer nada de ruido. Estás allí y te montas tu película. Oyes muchas cosas y vas pensando. Nos hicimos una película que al final no es la que era. Resulta que ya había pasado todo (el asalto duró 20 minutos), pero como no veíamos nada temimos otro ataque. No salimos porque no sabíamos que todo había pasado. Escuchábamos a gente caminar y hablar. Nosotros creíamos que eran los yihadistas, pero se trataba de los policías que iban buscándonos", apuntó Juan Carlos.

La pareja estaba en el vestíbulo del museo haciendo tiempo para coger el autobús de regreso a la excursión cuando vieron a los terroristas. "Escuchamos unos disparos y nos percatamos de lo que ocurría. Vimos a un hombre entrar corriendo en el museo y al pasar la puerta lo abatieron. Ahí nos dimos cuenta de que era un atentado. Ella vio una puerta abierta, entramos y pusimos unos estantes de pantalla para que nos parapetaran. Escuchamos los disparos y luego paró. Pesamos en salir y menos mal que no lo hicimos porque volvimos a escuchar disparos", precisó Juan Carlos. Su mujer añadió que lo único que hicieron en ese momento fue abrazarse y mantener la esperanza de que no los iban a descubrir.

Cristina aseguró que pensaron que los terroristas estaban poniendo bombas "para reventarlo todo". "Escuchábamos cómo quitaban el precinto y creímos que estaban colocando una bomba. Cuando uno está encerrado sin ver nada piensas de todo. Es igual que lo que has visto en la tele. Crees que están poniendo bombas para inmolarse", insistieron.

Gran incertidumbre

El desconocimiento del idioma también contribuyó a que desconfiaran de todo lo que estaba ocurriendo fuera. "Hablaban muy fuerte. La policía hablaba el mismo idioma que los terroristas y, claro, no entendíamos nada".

La pareja insistió en que a partir quiere volver a hacer vida normal. "Ahora de lo que tenemos ganas es de pegarnos una ducha, sentarnos en nuestro sofá y sentir que ya estamos en casa", sentenciaron.

Cristina se va a volver a someter a una revisión ginecológica la próxima semana, aunque está tranquila. "Allí me lo han mirado todo. Me han hecho analíticas y ecografías y todo está bien".