El eurodiputado y líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha pisado este lunes los salones del lujoso hotel Ritz de Madrid para seguir su campaña contra las "castas", aunque la intervención de un español que ha sufrido en Venezuela las políticas del chavismo ha eclipsado la aparición de Iglesias, quien se ha visto obligado a defenderse de las graves acusaciones que le ha formulado el asistente al desayuno.

De este modo, no han sido los empresarios que asistían al desayuno informativo de Iglesias en el Ritz organizado por Nueva Economía Fórum ni los "miembros de la casta" los que se han ofendido por los comentarios de Iglesias, sino un español que residió 25 años en Venezuela y que ha interrumpido el acto para increpar al líder de Podemos por su relación con el Gobierno venezolano y para preguntarle a voz en grito si ha asesorado al país latinoamericano en la "represión" contra su hija.

"Mi esposa no puede comprar papel higiénico ni comida ¿Ha asesorado al Gobierno de Venezuela en eso?", ha denunciado Alberto Casillas, que actualmente lleva una cafetería en el Paseo del Prado y que ya protagonizó titulares cuando se enfrentó a la policía tras acoger en su local a un grupo de manifestantes que participan en la protesta para rodear el Congreso del 25 de septiembre de 2012.

"En Venezuela están matando a los jóvenes", ha agregado el hombre, antes de ser desalojado de la sala por un guardia de seguridad. Tras el momento de tensión, y las disculpas de los organizadores del evento, Iglesias ha manifestado que aunque consideraba que las formas no habían sido las correctas, era su obligación responder a la pregunta plateada por Alberto Casillas.

Así, ha aseverado que "jamás" ha asesorado "para que repriman a nadie ni para que golpeen a nadie". "No he asesorado para que dejen a nadie en una situación económica difícil ni para que muerdan el cuello a los niños y le saquen la sangre", ha manifestado, para añadir que la intervención de Casillas es "sintomática del miedo que tienen los que no se atreven a discutir con prudencia y buenas formas y con argumentos".

"En América Latina en los últimos años han pasado cosas muy interesantes, y se puede debatir con argumentos, pero desde la amenaza, desde el grito y desde la crispación es muy difícil discutir. Estaré encantado de discutir de cualquier tema con cualquier persona", ha apostillado.