Aunque pocas pegas se le pueden poner al discurso, salvo que en algunas cuestiones era previsible, tal y como explican los politólogos gallegos, lo importante serán los pasos que dé a partir de ahora el nuevo Monarca.

Y la primera prueba a la que deberá someterse es el desafío soberanista catalán. "Se juega mucho en la resolución de la cuestión de Cataluña", advierte la profesora de Ciencia Política, Cristina Ares. "Su papel será mediar y de ello dependerá que se legitime como Rey", añade.

El sociólogo Fermín Bouza explica que la alusión a la unidad de España, desde el respeto a la diversidad del país, es un guiño directo a los catalanes. "Felipe VI sabe que tenía que meterse en esta cuestión. Él quiere estar ahí porque se juega su estatus", explica.

Aunque el Rey no puede intervenir directamente, Bouza aclara que sí tiene capacidad para "poner mesa y bolígrafos y que se sienten todos a negociar".

Por esta razón, al margen del discurso, los expertos advierten que habrá que estar atentos al papel que adopte ahora el nuevo Soberano. "El padre no se metía mucho en política. Habrá que ver si Felipe VI se moja o no", aclara Miguel Anxo Bastos.

Pero no solo eso. Este experto se pregunta cúal será la postura del nuevo Rey cuando salga la sentencia del caso Nóos. "El día de gloria ya lo tuvo, pero habrá que ver cómo actúa si al final el escándalo de corrupción salpica a su hermana", advirtió.

La analista política Elena Ramallo deja claro que la desafección de la ciudadanía es tan elevada que la gente ya no se conforma con palabras. "Son necesarios hechos", avisa. "El camino se hace al andar", explica. "No quiso llenar su discurso de palabras, fue breve, por eso esperaremos más de sus actos para que pueda ganar credibilidad", concluyó.